Multados los dos amigos del niño sancionado por exhibir una pistola

La Guardia Civil también ha propuesto una sanción de 50.000 pesetas para los otros dos niños, de 11 y 12 años, que jugaban a los pistoleros en la calle el pasado mes de septiembre junto a Daniel A. T., de nueve años (véase EL PAÍS de ayer). Es decir, existen propuestas de sanción de 50.000 pesetas no contra uno, sino contra los tres menores. El defensor del menor de la Comunidad, Javier Urra, señaló ayer que va a mediar en este asunto para que se retire la sanción a estos menores.

Los tres chicos compraron sus pistolas, de plástico, en una tienda de artículos de Todo a Cien ubicada en la calle del General Aranaz. Cada pistola costó 700 pesetas. Cuando jugaban con ellas en la calle fueron sorprendidos por la Policía Municipal, que levantó contra ellos un atestado y derivó las diligencias a la Guardia Civil, que es quien finalmente han elevado la propuesta de sanción basándose en un precepto de la Ley de Seguridad Ciudadana de 1992 (Ley Corcuera). Esta norma prohíbe exhibir en lugares públicos pistolas de juguete que se parezcan a las reales, y castiga con multas de entre 50.001 y un millón de pesetas a los infractores. Daniel, de 9 años; Ismael, de 11, y Alex, de 12, ignoraban que estaban quebrantando la ley cuando el pasado mes de septiembre compraron tres pistolas de plástico simuladas, sin el consentimiento de sus padres, según éstos, y se pusieron a jugar con ellas en la vía pública. Cuando dos de ellos caminaban por la calle mostrando el arma simulada y el tercero la llevaba oculta, tres hombres vestidos de paisano se les acercaron y se identificaron como policías. A Daniel A. T. le preguntaron dónde había comprado la pistola y tras decirle éste el lugar, los agentes acompañaron a los tres menores a sus casas.En el piso de Daniel se hallaba su abuela, a la que los policías pidieron que firmará un papel ("Es un mero trámite", asegura la mujer que le indicaron) en el que dejaban constancia del decomiso del arma de plástico. En casa de Ismael y Alex sucedió algo similar. Los agentes comentaron a las tres familias que, al tratarse de menores, no habría ningún problema. Sin embargo, dos meses después recibieron una carta de la Comandancia de la Guardia Civil de Madrid en la que se les anunciaba la sanción de 50.005 pesetas para cada uno de ellos.

Los padres de los chicos recurrieron la sanción, pero sin éxito, ya que la Guardia Civil ha vuelto a notificársela. Contra este segundo aviso, las tres familias han presentado un escrito de alegaciones basado, sobre todo, en el hecho de que se trata de menores que, lógicamente, "ignoran la prohibición de exhibir pistolas de juguete en la calle". "Las sanciones deben recaer en el establecimiento que ha puesto a la venta las pistolas de juguete que son ilegales", indican las familias en el recurso presentado ante la Dirección General de la Guardia Civil. "Todo esto me parece surrealista y absurdo, porque, además, en la multa de 50.005 pesetas se indica que debe pagarla mi hijo, que tiene once años", señala Chelo Jiménez, madre de uno de los menores sancionados.

Las tres familias han pedido amparo al defensor del menor de la Comunidad, Javier Urra. Éste se ha puesto en contacto con el delegado del Gobierno en Madrid, Pedro Núñez Morgades, y con la Organización de Usuarios y Consumidores. Urra señaló ayer que la institución que representa mediará en este caso. "Haremos de embajadores de la razón, porque en este caso estamos hablando de un niño de 9 a 13 años", dijo, al tiempo que aclaró que las autoridades han actuado correctamente.

Según Urra, la ley recoge que todo menor de 18 años nunca puede portar un arma simulada en la vía pública. "Se trata de un reglamento algo kafkiano, ya que está permitida la venta de armas simuladas, pero se castiga su exhibición". El Defensor del Menor propone que se prohíba vender armas simuladas a los menores.