Cuatro rehenes escapan del avión afgano después de tres días de cautiverio
Los secuestradores del Boeing 727 afgano que se encuentra en un rincón del aeropuerto británico de Stansted liberaron ayer a un nuevo rehén. Pero, ya en la noche, un grupo de cuatro rehenes, sin que se sepa si eran pasajeros o miembros de la tripulación, escapó del avión. Los cuatro, todos hombres, consiguieron huir al saltar por la ventana de la cabina de los pilotos. La situación permanecía en calma alrededor del aparato, según la policía. Mientras, los 150 rehenes restantes se preparaban para pasar su tercera noche en el interior del aparato.Soldados de la unidad de élite del SAS y el más absoluto misterio sobre los propósitos de los secuestradores rodeaban ayer al viejo avión blanquiazul de la línea aérea de Afganistán. Soldados parapetados en el perímetro del area reservada para "situaciones de emergencia" tenían los dedos en los gatillos. La prensa internacional, detrás de una reja de alambre cuadriculado, mantenía los ojos abiertos en busca de una nueva señal de buena voluntad como la que permitió el lunes la liberación de ocho rehenes. Dos de ellos eran bebés que sufrían los efectos de la deshidratación.
"Por increíble que parezca", relataba un portavoz policial, las únicas demandas presentadas hasta ayer por los secuestradores eran las de agua y comida. Pero las reivindicaciones políticas eran confusas. En un correcto inglés, los secuestradores hicieron una serie de manifestaciones contra los talibán, que impusieron en 1996 una rigurosa regla islámica en Afganistán.
El varón liberado ayer, de nacionalidad afgana y de entre 40 y 45 años, está aquejado de problemas respiratorios, posiblemente asma, según la agencia Efe. Las negociaciones continuaban ayer "en un clima profesional" y podrían prolongarse durante varios días, afirmó el jefe de la policía de Essex, el condado donde se encuentra Stansted, John Broughton. La principal preocupación de los agentes que negocian con los secuestradores es "garantizar la seguridad" de los rehenes, informó Broughton, quien aseguró que se ha establecido una relación "positiva" con los captores. Ayer, sorpresivamente, llegó a Stansted un enviado del Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados que ayudará a la policía durante las negociaciones.
La aparente ausencia de demandas políticas por parte de los secuestradores ha hecho surgir las conjeturas de que lo que realmente pretenden con la captura del avión es solicitar asilo político en suelo británico.
Primeras exigencias
Los secuestradores exigieron en un primer momento presión internacional para la liberación de Ismaíl Jan, héroe de la campaña afgana contra las fuerzas soviéticas, según los medios locales afganos. Jan es conocido como el león de Heart, pero su suerte política se fue a pique cuando los elementos más radicales del movimiento de los talibán se hicieron con el poder en Afganistán.
Las siluetas de las fuerzas especiales del SAS se dibujaban anoche claramente en la planicie de Stansted. El más eficiente cuerpo militar del Ejército del Reino Unido está listo para intervenir por sorpresa. Este aeropuerto ha conocido otros secuestros, y su personal está entrenado para ese tipo de situaciones, informa France Presse. Los servicios de seguridad calculaban que la banda de secuestradores está formada por ocho hombres bien armados. Tenían ojeras anoche los policías que controlaban el perímetro de Stansted. "No sabemos cuánto tiempo puede durar esto", dijo un joven soldado del SAS. En su mochila llevaba más raciones de alimentos que munición.
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