Clinton propone subir el gasto en sanidad, educación y defensa en su último presupuesto
El proyecto de presupuestos enviado ayer al Congreso por Bill Clinton, el octavo y último de su presidencia, "nació muerto", según adelantaron los portavoces de la mayoría republicana en ambas cámaras del legislativo estadounidense. El proyecto de Clinton establece un gasto público de 1,84 billones de dólares (313 billones de pesetas) para el próximo año fiscal, un 2,5% de incremento respecto al año en curso, y destina el superávit presupuestario de EEUU a liquidar la deuda nacional en 2013 e incrementar el gasto en asistencia sanitaria, educación y defensa.
"Este presupuesto", dijo ayer Clinton, "da pasos importantes y significativos hacia los grandes objetivos que, según creo, debe perseguir EEUU en el nuevo siglo. Es un presupuesto equilibrado, que invierte en el futuro de nuestras familias". Clinton añadió: "Los déficit federales son cosa del siglo pasado; estamos en camino de conseguir un éxito que apenas hace unos años hubiera parecido imposible: que EEUU sea un país libre de deudas gubernamentales por primera vez desde que Andrew Jackson fue presidente en 1835".La voluntad de Clinton se enfrenta a dos obstáculos probablemente insuperables. Uno, que el Congreso, que debe negociar y enmendar el proyecto, sigue en manos de los republicanos, cuyos intereses, empezando por su deseo de serios recortes de la presión fiscal, son otros. Otro, que Clinton ya es lo que en EE UU se llama "un pato cojo", un jefe del Ejecutivo que se despide.
En un año electoral y con la esperanza de reconquistar la Casa Blanca, los republicanos no van a aceptar que Clinton establezca la agenda presupuestaria del futuro inmediato. "Este proyecto es una pura fantasía", dijo John Kasich, presidente republicano del comité de Presupuestos de la Cámara de Representantes. "Clinton", añadió, "quiere despedirse incrementando el gasto público en todas las áreas".
El proyecto de Clinton para el año fiscal que comenzará el 1 de octubre es una especie de testamento. Propone un incremento del gasto público del 2,5%, con especial atención a la sanidad,la educación y defensa. Ofrece una reducción de la presión fiscal de un total de 351.000 millones de dólares (60 billones de pesetas) a lo largo de los próximos 10 años. Parte del dinero dejado de recaudar sería ingresado con un nuevo incremento, del 25%, en las tasas sobre cigarrillos y con multas que pagarían las tabacaleras, de 3.000 dólares por cada fumador menor de edad. Esas cargas permitirían ingresar 66.000 millones de dólares. El documento enviado ayer al Congreso estima un superávit presupuestario global de 2,9 billones de dólares en los próximos 10 años, de los cuales 2,2 billones procederán de la Seguridad Social (limitada al sistema público de pensiones).
Clinton calcula que el año fiscal en curso terminará con un superávit de 179.000 millones de dólares, bajará el próximo a 171.000 millones e irá luego subiendo hasta 475.000 millones en el 2010. Propone gastar las dos terceras partes de ese superávit en liquidar en 2013 la deuda pública. Con lo que queda de superávit, Clinton propone ofrecer cobertura sanitaria a unos cinco millones de los 44 millones de estadounidenses que carecen de ella y ampliar a la franja de edad de entre 55 y 65 años los beneficios de la asistencia farmacéutica del programa Medicare, de protección médica y sanitaria a los mayores. Los republicanos desearían menos gasto público que el propuesto y un más amplio recorte de impuestos. El pasado año ya propusieron un alivio fiscal de 792.000 millones de dólares, que fue vetado por Clinton.Clinton también intenta establecer una agenda activista, que coincida con las propuestas electorales de Gore y el Partido Demócrata. Entre ellas un alivio fiscal de 30.000 millones de dólares para que las familias puedan enviar sus hijos a la universidad.Una de las pocas cosas que los republicanos aceptarán en el proyecto es la subida del gasto militar en 112.000 millones de dólares.
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