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Israelíes y palestinos piden ayuda a Jordania y Egipto para salvar la paz

Israelíes y palestinos, sumidos en una grave crisis, reclamaron ayer el auxilio urgente del presidente egipcio, Hosni Mubarak, y del rey Abdalá II de Jordania para desbloquear y salvar el proceso de paz. Mientras, las relaciones entre Damasco y Tel Aviv son cada día más tensas como consecuencia de la ofensiva de la guerrilla islamista libanesa de Hezbolá, que ayer causó la muerte de otro soldado israelí y heridas a seis compañeros más.

Ayer, a la misma hora en que el presidente palestino, Yasir Arafat, se entrevistaba con el presidente egipcio, Hosni Mubarak, para reclamar su apoyo en el proceso de paz, el primer ministro israelí, Ehud Barak, se trasladaba a Ammán para reunirse con el rey Abdalá II de Jordania y solicitarle asimismo su intervención en una crisis "sin precedentes" entre israelíes y palestinos, la más importante que se produce entre ambos desde que el líder laborista israelí llegara al poder, el pasado mes de junio.El enfrentamiento entre palestinos e israelíes estalló con toda virulencia el pasado jueves, en el puesto fronterizo de Erez, donde Arafat y Barak habían programado una entrevista para "acercar posturas" y "limar asperezas". El primer ministro israelí se negó a atender las peticiones de su interlocutor, que le reclamaba que el repliegue de tropas programado para el próximo día 10 de febrero en un 6,1% de Cisjordania incluyera las localidades de Abu Dis, Azaria y Al Ram, que están administradas civilmente por el Gobierno autónomo, pero sobre las que los israelíes tienen aún competencias militares y policiales. La terquedad de Barak provocó la indignación de Arafat, que se levantó de improviso de la mesa y abandonó la reunión dando un portazo.

La disputa sobre estas localidades no es trivial, ya que una hipotética retirada del Ejército israelí de estas tres poblaciones, que se encuentran en una situación estratégica pegadas físicamente a la ciudad de Jerusalén, permitiría a Arafat consolidar las esperanzas históricas de los palestinos, que anhelan un día recuperar la Ciudad Santa y establecer en ella la capital del Estado de Palestina, poniendo así fin al control único de Israel.

Arafat se lamentó ayer, ante su amigo Mubarak, de la dureza de Barak y de los "reiterados incumplimientos" de Israel, calificando las negociaciones directas con el primer ministro israelí de "ridículas" y "absurdas", llegando incluso a acusar a los judíos de "eludir la aplicación de los acuerdos" e insistiendo así en la idea de que "el proceso de paz atraviesa una situación muy grave".

Barak, por su parte, pidió ayuda y comprensión al rey Abdalá, con quien se entrevistó en Ammán, donde se trasladó en un viaje relámpago, el segundo desde el pasado junio. Barak solicitó al monarca su colaboración para desbloquear el diálogo con los palestinos y fortalecer al mismo tiempo su posición al frente del Gobierno, salvando así una oleada de críticas que le acusan insistentemente de "falta de tacto" en sus negociaciones.

Barak reclamó asimismo al rey auxilio para hacer avanzar las negociaciones con Siria, paralizadas desde el pasado 10 de enero y que han entrado en estos últimos días en una crisis aguda como consecuencia de la ofensiva militar de la guerrilla islamista libanesa de Hezbolá (dependiente políticamente de Damasco), que ayer realizó un nuevo ataque contra las tropas israelíes que ocupan el sur de Líbano. En este último ataque, los guerrilleros mataron a un soldado israelí e hirieron a otros seis, lo que eleva ya a cuatro el número de soldados israelíes muertos desde principios de año. A ellos hay que sumar la muerte del número dos del Ejército del Sur de Líbano, la milicia libanesa que colabora con las tropas sionistas.

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