Responsabilidad democrática
Si somos demócratas, ¿por qué no vamos a respetar el derecho de los votantes austriacos a elegir a Jörg Haider y auparlo junto con su partido al Gobierno del país? Por lo visto eso es lo que quiere la mayoría, y la democracia es precisamente cuestión de mayorías, ¿o no? Pues no, no solamente. En democracia se decide por mayoría, pero dentro de unos principios fundamentales que no están sometidos a voto: por ejemplo, el respeto a las libertades individuales y a la no exclusión de nadie en razón de su sexo o raza, la garantía de los derechos educativos, laborales y de protección social que permiten la ciudadanía, etcétera. El racismo no puede ser democrático aunque lo apruebe el 95% de los votantes; la abolición de la educación general obligatoria o de la sanidad pública, tampoco. A mi juicio -perdonen la intrusión- tampoco la pena de muerte. En una palabra, la democracia moderna no consiste solamente en un mecanismo electoral para elegir y deponer a los gobernantes sin necesidad de revoluciones, sino también en un conjunto de valores políticos. Una Unión Europea en la cual se aceptasen gobiernos programáticamente racistas o genealógicamente étnicos o aniquiladores de los derechos sociales, por mucho respaldo electoral que tuviesen en sus países, no sería democrática, sino hueca y bárbara.Lo que más me preocupa del caso austriaco -¡ay, Thomas Bernhard, cuánta razón tenías!- no es Haider, ese vulgar desaprensivo sin mejor ideología que el afán de poder, sino sus votantes. Porque precisamente en democracia la responsabilidad de la política nefasta no es sólo culpa de los arribistas y aspirantes a tirano, sino sobre todo de esos pésimos políticos, los ciudadanos que los eligen. Aún más cuando, como en Austria, no se trata de un pueblo inculto ni atrasado. Nos dicen, quizá con razón, que cuantas más presiones internacionales se hagan contra Haider más se le reforzará dentro de su país. ¿No es significativo este repliegue reaccionario en la vanidad nacionalista, siempre a favor de lo peor, sea en el caso Haider, en el de Pinochet, en el de ETA o en el de Fidel Castro? Dijo en una ocasión Jörg Haider: "Si la política no se construye sobre principios étnicos, entonces la humanidad no tiene ya futuro". Entendido, pues: la primera convicción democrática será que el futuro de la humanidad depende de que la política no se construya sobre principios étnicos.
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