Entusiasmo y escepticismo de la izquierda vallecana Los militantes de IU del barrio madrileño de Vallecas acogen el pacto con más reservas que los socialistas
Las bases del PSOE e Izquierda Unida (IU) del barrio madrileño de Vallecas, tradicionalmente de izquierdas, acogen el pacto entre ambas formaciones políticas con actitudes ligeramente diversas: los socialistas, con un entusiasmo sin ambages, aun considerando que tendría que haber sido más amplio; los miembros de Izquierda Unida, con alegría matizada, esperanza con peros y disposición positiva con interrogantes, pero con intención de controlar el cumplimiento de los acuerdos y un inequívoco deseo de mantener su identidad como formación.Los miembros del PSOE reconocen que el pacto no hubiera sido posible si los interlocutores hubieran sido Felipe González y Julio Anguita; los de IU aseguran que no habría habido acuerdo si el interlocutor socialista hubiese sido González, y salvan al su hasta ahora líder recordando que ya en 1998 hizo al PSOE una oferta recogida en 11 puntos. No obstante, y por primera vez, coinciden en que la campaña entre las formaciones de la izquierda será Versalles.En la Casa del Pueblo de Vallecas, sede socialista, el periodista Pablo García Rojo asegura que los acuerdos a que han llegado con IU no son suficientes, porque las mayorías parlamentarias se generan en el Congreso, no en el Senado, y cree que ha quedado desvirtuada la propuesta inicial del PSOE; pero Concepción Aguillaume, funcionaria municipal, señala no obstante como positivo "el pacto de la izquierda antes de la investidura, porque es la primera vez que los votantes saben lo que va a ocurrir después". Dice que "no se pueden desperdiciar dos millones de votos como en las últimas elecciones", y añade que "IU tendría que recapacitar y plantearse la retirada en los sitios donde no tiene posibilidad de obtener un escaño. El PSOE ha sido muy generoso".
Respuesta unánime
Cuando se pregunta aquí quién gana con el pacto, la respuesta es unánime: "Gana la izquierda de este país y todos los electores progresistas". Como responderán luego, en cascada, en IU: "Gana la unidad de los demócratas; la sociedad; los trabajadores".
¿Por qué entonces no se llegó antes a estos acuerdos? Algunos socialistas como Otilia Rodríguez, trabajadora de un organismo del Ayuntamiento, asegura que "no había disposición de los dirigentes de las dos formaciones", aunque precisa que no debe olvidarse que ya gobiernan juntos en ayuntamientos y comunidades. José García Ogalla, ahora en el PSOE, pero que fue secretario de las Juventudes Comunistas y concejal del PCE, dice que Francisco Frutos, el líder de IU, no reivindicó la unidad antes, y opina que la falta de esa unión llevó a la pérdida del Gobierno socialista en 1996. "Claro que González no fue lo suficientemente de izquierdas; pero ahora oigo a líderes de IU como Felipe Alcaraz y tengo la impresión de que, si dice que hay un programa de mínimos, pero que luego, además, hay un programa del PSOE y otro de IU, ahuyenta al electorado y mata de risa a los columnistas de los periódicos de la derecha".
En IU, donde asumen que el cambio de líderes ha beneficiado la negociación, llueven las matizaciones: "Nunca fue Anguita el que dijo que no"; "no sé si Anguita habrá insultado a Felipe, pero éste le dijo que era una mierda"; "las propuestas de ahora vienen de las de Anguita en el 98".
¿Cómo ven estos temas los jóvenes? Con cierto reproche a las generaciones anteriores, que no llegaban al pacto de la izquierda, asegura la socialista Eva Martínez, estudiante de Pedagogía Laboral. Y pone el dedo en lo que parece ser la llaga: "El carácter de los líderes anteriores de ambas formaciones". Se oye a sus compañeros: "Tenemos que dejarnos de personalismos y empezar a discutir ideas, porque cada vez nos separan menos cosas" (Raúl Martínez, estudiante de Derecho); "ahora han cambiado las formas" (Juan Cuervo, funcionario) o "es un cambio de talante. Las personas pasan", dice el médico José Bonacha. Y no tienen problemas en poner apellidos a los "personalismos" o a quienes "pasan": Anguita, pero también González.
Los pasos de Almunia
"No he visto que González, que tiene un carácter muy fuerte, diera pasos como los que está dando Almunia", apunta Martínez. Interviene García Ogalla: "En Galicia y Cataluña, Anguita ha roto su propio partido. Todo el mundo tiene culpas, pero unos más que otros". Para el politólogo Mario Nuño, socialista, "lo conseguido se debe a la inteligencia política de Almunia y Frutos; hay que hacer más hincapié en ganar las elecciones que en los liderazgos personales, y no cerrar la puerta a ninguna negociación posterior".
¿El objetivo final de este proceso es la unidad total de la izquierda? La izquierda en España siempre ha sido plural, contestan en el PSOE. "Entre nosotros e IU son muchísimos, y las diferencias, pequeñitas, lo que convierte el proceso en imparable", sentencia Aguillaume. Los vallecanos de IU coinciden en que es un acontecimiento histórico, pero algunos son más duros. Porque los hay que reconocen que "la alegría existe", aunque precisando que IU mantendrá su identidad, "porque esto no es una casa común, sino una causa común", y otros como el pensionista Eustaquio Rodríguez, está mosca, dice, y no se fía: "Desde la guerra, UGT y PSOE nos han hecho muchas traiciones, y estoy escéptico".
"La gente está ilusionada y lo que tenemos que intentar es que el PSOE no se nos vaya a la derecha", piensa Lucía de la Llave, secretaria de dirección. Su compañero José Luis Arce añade: "Nuestros acuerdos son entre el PSOE e IU; no con los comunistas, sino con una organización política plural en la que van los comunistas".
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