'Drag queens' CARMELO ENCINAS
Tiene el mismo fundamento que el Cobrador del Frac. Alguien que se disfraza con el objeto de llamar la atención y avergonzar a un tercero ante los demás. Lo del frac funciona con los deudores porque temen más el bochorno público, por inocuo que objetivamente sea, que el aluvión de amenazas y requerimientos escritos que genera cualquier letra impagada. Inspirado en ese personaje surgió hace siete años aquella figura del Oso Antialcalde Moroso que tanto hizo sufrir a José María Álvarez del Manzano durante la batalla por la tercera paga de los funcionarios municipales. Él nunca lo reconocería públicamente, pero la sola presencia del plantígrado de peluche en que se enfundaba un parado contratado por los sindicatos le ponía enfermo. El oso amargaba sistemáticamente todos los actos públicos del alcalde, cuyos ojos le buscaban inconscientemente en cada comparecencia con la esperanza de no encontrarle. Aquel oso alcanzó la gloria el día en que se coló en el mismo avión en que viajaba toda la cúpula del Partido Popular con destino a Santiago para apoyar a Fraga en las elecciones autonómicas gallegas.Los servicios sindicales de espionaje no sólo obtuvieron información sobre el viaje, sino que lograron hacerse con un asiento inmediatamente posterior al que ocupaba el regidor de la Villa. Imagino la terrible sensación de impotencia de don José María, que nada podía hacer contra ese incómodo pasajero que había pagado religiosamente su billete. La prensa, que fue previamente advertida, publicó al día siguiente una foto memorable en la que aparecía el bobalicón semblante del oso tras las espaldas de Álvarez del Manzano y el gesto de coña de Alberto Ruiz-Gallardón, que iba sentado al lado del alcalde. El tiempo demostraría más tarde que, aunque aquello le hizo gracia, el presidente de la Comunidad de Madrid tampoco es inmune a la mofa cuando va dirigida contra él. Los vecinos de Vallecas idearon la figura del Gallo Vallecano con la pretensión de sacarle los colores recordándole sus incumplimientos en el distrito y llegó a hacer auténticas virguerías para esquivarle. Más efímero que el gallo, que ahora amenaza con volver a cacarear, fue el Topo, un extraño especimen de trapo con gafas y trompa que los ecologistas idearon para denunciar la fiebre excavadora del gobierno municipal. Entre sus objetivos estaba tumbar el proyecto de las autopistas subterráneas, un esfuerzo inútil porque aquel plan nació clínicamente muerto. La última modalidad en "perseguidores" la han puesto en práctica estos días medio centenar de vecinos de Latina, que mantiene un conflicto con el área de Urbanismo del Ayuntamiento de Madrid. Esa gente acusa al concejal Ignacio del Río de incumplir caprichosamente un convenio que contemplaba la construcción de pisos para los que habían adelantado ya seis millones de pesetas. El asunto es enormemente enrevesado, y desde fuera resulta difícil determinar a quién asiste la razón. Lo que sí parece claro es que, en el mejor de los casos, el gobierno municipal no ha tenido demasiado tacto ni consideración con los perjudicados. Fue después de vagar de despacho en despacho sin obtener satisfacción alguna cuando decidieron contratar a dos profesionales para chinchar al señor alcalde. Así surgieron dos aparatosas drag queens a las que bautizaron con los no menos deslumbrantes nombres de Shina Superstar y Suprema de Lux. Esto de las drag queens no tiene una definición muy clara, pero, en resumidas cuentas, son señores vestidos y pintados de mujer despampanante y que van en plan loca. Tanto Shina como Suprema dicen estar identificados con la causa para la que trabajan, aunque se reconocen mercenarios a sueldo. Ellos van diciendo que al alcalde le gustaría imitarles cuando no existe una estética más contraria a los gustos de Álvarez del Manzano que la que ellos exhiben. El regidor de la Villa es hombre de traje cruzado, corbata clásica y abrigo oscuro, que se nos antoja alérgico a la menor licencia vestimental. Un cobrador del frac con cara de enterrador correría el riesgo de confundirse con algunos miembros de su comitiva, mientras que las drag queens no tienen dificultad en destacar. Los disfraces siempre dan un toque de color en un séquito oficial y dentro de poco empieza el carnaval.
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