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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

La Universidad, entre la legalidad y la ética

El Tribunal Supremo acaba de dictar sentencia en contra del recurso presentado por la Universidad de Alicante por la segregación de varias de sus titulaciones y adscripción a la Miguel Hernández. Muy prepotente, ufano y orgulloso de sí mismo el Molt Honorable Zaplana sale a la palestra a ratificarse en lo bien que lo hicieron y lo malos que eran (y son) Pedreño, su equipo y, por extensión, el resto de la Universidad de Alicante, que en su gran mayoría estuvo en contra de dicha segregación.No seré yo, válgame, quien enmiende la plana a estos señores de la toga, y desde el principio quiero dejar bien claro que estoy a favor de la creación de una segunda universidad en Elche y de la libertad de elección de estudiar o trabajar en ella. Pero sí quiero, todavía hoy y ya que ha vuelto a saltar a la actualidad el tema, nuevamente reiterar que las cosas que no se hacen bien desde el principio siempre quedan cojas. ¿Por qué ese "saqueo", si me permiten la expresión, de los recursos que la Universidad de Alicante había invertido en los departamentos y titulaciones afectadas? ¿Por qué prescindir de laboratorios, bibliotecas, ordenadores, cátedras y plazas de profesorado, PAS ya formado? ¿Que Medicina votó la independencia? Pues Estadística, no. Y de todas maneras, extrapolando el caso, ¿acaso se le daría la independencia al País Vasco en un hipotético referéndum sin contar con el resto de España? Imagino que no. Pues lo mismo.

No es lo mismo legalidad que ética (ahí está el caso de las stock options). Aunque todas las universidades del Estado estuvieron en contra, ¡ah, se siente!, el decreto de segregración era legal. De acuerdo, pero se ponga como se ponga Zaplana, todo tiene el tufo de haber sido una cacicada, una demostración de poder, de "aquí mando yo", como el recién decreto donde lo "preside todo", hasta los actos donde antes no podía presidir (el guirigay ocurrido, qué pena, también en y contra la Universidad de Alicante, de donde viene gran parte de sus males presupuestarios).-

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