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Blair reconoce que el proceso de paz en el Ulster puede fracasar

El primer ministro británico, Tony Blair, admitió ayer por primera vez que, a pesar de multilaterales esfuerzos diplomáticos, el proceso de paz en Irlanda del Norte se desliza hacia el abismo por la renuencia de las facciones del Ulster a deponer las armas. El realismo de las palabras de Blair ante la Cámara de los Comunes magnificó el drama de lo que tanto protestantes unionistas y católicos republicanos del Ulster definen como la hora de la verdad para el proyecto pacificador.

El futuro del Gobierno autonómo formado en noviembre tras la mediación del enviado norteamericano George Mitchell era anoche un gran enigma. "A menos que se produzca un avance sustancial, lo que tendremos entre manos es una crisis", declaró Blair, que ha invertido todo su prestigio diplomático para terminar con tres décadas de violencia sectaria en el Ulster. De hecho, hoy mismo se reunirá con su homólogo irlandés, Bertie Ahern, para tratar de desbloquear la situación.Mientras anoche aumentaba la presión de los unionistas probritánicos para que Londres cancele el proyecto y retome el control directo sobre el Ulster -ocho semanas después de la "devolución" de los poderes políticos y administrativos al legislativo y al Ejecutivo autónomos-, los republicanos del Sinn Fein, el frente político del IRA (Ejército Republicano Irlandés), advirtieron que un paso en ese sentido tendría consecuencias catastróficas. Sería, dijeron, volver al punto de partida, pero con el agravante de una acumulación de frustración que podría traducirse en un retorno a la violencia.

Fuentes políticas en Londres dijeron que hoy se efectuará un anuncio en la Cámara de los Comunes sobre el futuro de las instituciones autonómicas y que el Gobierno no descarta la anulación de la "devolución" de poderes al Ulster. Peter Mandelson, el ministro británico para Irlanda del Norte, ya ha hablado al respecto con Dublín.

El IRA dijo el martes que apoya el proceso de paz y mantiene su tregua. Pero eludió pronunciarse sobre la entrega de su arsenal a la Comisión Internacional de Desarme, presidida por el general canadiense John de Chastelain. De Chastelain entregó el lunes por la noche a los Gobiernos de Londres y Dublín su informe sobre el desarme. Sus conclusiones son negativas.

A pesar de las expresiones públicas de apoyo a la paz, los paramilitares del Ulster mantienen sus arsenales intactos. "Estamos trabajando día y noche para tratar de superar esa dificultad", dijo Blair, utilizando un eufemismo. Más directo, el número dos del Sinn Fein, el excomandante del IRA que ocupa hoy el puesto de ministro de Educación del Ulster, Martin McGuinness, dijo que la disolución del Gobierno sería un "desastre de enormes proporciones". "Creo que sería totalmente demencial destruir el actual Ejecutivo", agregó.

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