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Los grandes artistas se cruzaron 'miradas sin tiempo' durante cinco siglos de dibujos

El Museo Thyssen-Bornemisza expone 200 obras de la colección privada de los Krugier

Los artistas se lanzan miradas por encima de las barreras cronológicas. Son las Miradas sin tiempo que ha organizado el Museo Thyssen-Bornemisza, de Madrid (Paseo del Prado, 8), con 200 obras, la mayoría dibujos, de la colección de Jan y Marie-Anne Krugier-Poniatowski. Es la primera vez que se expone un conjunto tan amplio de la colección privada del galerista polaco, un proyecto en el que han intervenido también la Galería Nacional de Berlín y la Colezione Peggy Guggenheim de Venecia. Goya, Picasso, Delacroix, Rembrandt, Klee y Matisse figuran en la muestra.

Tomás Llorens, conservador jefe del Museo Thyssen-Bornemisza, contó ayer que cuando hace dos años los tres directores de museos consiguieron la exposición de la colección de los Krugier, se sintieron "impresionados y felices". La muestra ya ha recorrido Berlín y Venecia, y a partir de hoy se puede ver en Madrid, donde permanecerá hasta el 14 de mayo.La colección de los Krugier era "conocida y misteriosa", porque se sabía que se estaba realizando desde hacía 30 años, con una mayor preferencia por el dibujo a lo largo de varios siglos de la historia del arte, pero al mismo tiempo sólo se habían prestado obras en contadas exposiciones y nunca de forma monográfica. "El conjunto es impresionante, y esta selección entre un fondo de 500 dibujos da una idea de los distintos aspectos y de la calidad de la misma", declaró Llorens.

Jan Krugier, de 71 años, asistió ayer con Marie-Anne Poniatowski a la presentación, y dijo que había iniciado la colección por indicación de su esposa. "Para evitar conflictos con mi propio pasado llegué a una especie de psicoterapia mediante el dibujo. Es una pasión y una especie de autodefensa y confianza en la humanidad, que vive entre lo diabólico y lo divino. He optado por la sublimación del ser humano y por la confianza en el hombre".

Krugier nació en Polonia en 1928. Después de la II Guerra Mundial -sobrevivió a tres campos de concentración- estudió pintura en la Escuela de artes industriales de Zúrich. Por consejos de su amigo el escultor Alberto Giacometti, entró en el mundo del arte, con una primera galería en Ginebra en 1962, a la que siguió otra en Nueva York. Ayer se refirió al expolio nazi de las obras de arte en poder de los judíos, y expresó su confianza en la responsabilidad de los Estados y de las personas, para que "los pocos supervivientes que quedamos" vean que estas obras llegan a los descendientes o a los museos.

La memoria

La singularidad de la mirada de los artistas sobre el mundo y las cosas, y la calidad extraordinaria e intemporal es el denominador común de la colección de obras de arte sobre papel de todas las épocas, según Krugier. Ayer dijo que no conocía el futuro de la colección. "Tengo que discutir con mi mujer y mis hijos lo que se puede hacer definitivamente con ella".

El hilo conductor de la colección es, para Jan Krugier, la memoria y la huella. "Defiendo la memoria y la traza porque nuestra civilización se funda en la memoria desde las cuevas de Lascaux. Tenemos este lenguaje de los iniciados, un lenguaje secreto, que se manifiesta en las artes plásticas pero también en la música y en la literatura. Es esencial para nosotros tener esa memoria, esa huella, porque es un apoyo permanente".

Tomás Llorens plantea el montaje de Miradas sin tiempo de acuerdo con los espacios y contenidos del museo Thyssen-Bornemisza, que presenta una colección de obras de arte que abarca desde el siglo XIII al XX, al mismo tiempo que subraya las correspondencias entre artistas de distintos momentos históricos. Con estos criterios "deliberadamente equívocos" sitúa una figura africana junto a un dibujo cubista de Picasso, una estatua egipcia junto a otra de Giacometti, y un autorretrato de De Chirico junto a un dibujo del siglo XV.

El montaje empieza con el Triunfo de la eternidad, de Martino da Modena, y siguen copias de Andrea Mantegna. A su lado hay un dibujo de Picasso y dos de De Chirico relacionados con la escuela de Ferrara. Es el primer apartado, dedicado al Quattrocento y a la línea en el dibujo, de los doce en que se han distribuido las 200 obras, entre dibujos, pinturas y esculturas. En las paredes aparecen un centenar de nombres que han formado la historia del arte de los últimos cinco siglos.

El juego de afinidades puede surgir en cualquier momento, a través del recorrido que atraviesa la figura en el estudio de la antigüedad, los estudios de composición del barroco, el rococó, las figuras sin tiempo, la tradición del paisaje, el tiempo de Goya y Géricault (que anuncian la nueva sensibilidad de la época moderna); la línea, la sombra y el movimiento en el siglo XIX, la pintura, las fuentes de la pintura moderna, un espacio Klee y el siglo XX.

En los distintos apartados se pueden encontrar la Italia renacentista (Bronzino, Veronés, Tintoretto), las escuelas flamenca y holandesa (Rembrandt, Rubens), el arte francés de los siglos XVIII y XIX (Watteau, Poussin, Fragonard, David, Ingres, Delacroix, Degas, Seurat, Cézanne), y todo el arte del siglo XX (Picasso, Klee, Ernst, Kandinsky, Beckmann, Marc, Matisse). A los dibujos se han unido óleos de Picasso, Ingres, Delacroix, Matisse, Klee y Kandinsky, esculturas de Giacometti, ejemplos de escultura helenística, egipcia y africana y un conjunto de estatuillas ibéricas.

La huella

En el catálogo, además de la presentación de Tomás Llorens, aparece un texto de Kosme de Barañano, catedrático de historia del arte en la Universidad de Bilbao, sobre la colección Krugier y "el dibujo como campo magnético".

Barañano declaró ayer que "el dibujo es la demarcación de una superficie con una huella, puntos y líneas, marcas y trazos, que expresan el pensamiento del artista con la presión de su mano". Sobre la colección, señala que busca el mismo sentido del estilo a través de 500 años de la historia del arte, y destaca que la mirada de Krugier es "la mirada de ritmos personales", a través de la mano en movimiento, la mano que realiza sobre un papel vacío unos dibujos inmediatos.

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