El Gobierno municipal contrata a Ricardo Bofill por 200 millones

La Empresa Municipal del Suelo (EMS) pagará más de 200 millones de pesetas al arquitecto Ricardo Bofill para que haga el proyecto de urbanización y se encargue de dirigir las obras del futuro parque lineal del Manzanares. La minuta final de Bofill y su despacho de arquitectura podría superar esa cantidad, ya que el contrato que ha redactado la Empresa Municipal de Suelo deja varias partidas sin concretar. "Es un despilfarro", denuncia el edil socialista Rafael Simancas.

El contrato firmado por la EMS con Ricardo Bofill se refiere sólo a la primera fase del futuro parque lineal del Manzanares y fija unos emolumentos para la redacción del proyecto de 135 millones, el 5% del coste previsto para esa obra (2.700 millones). La dirección de Obras será retribuida con el 1,75% de ese misma cantidad. La suma de las dos partidas, 135 milones la primera y 47 la segunda, arroja un monto total de 182 millones de coste para las arcas municipales, cantidad a la que habrá que sumar el IVA correspondiente. El contrato especifica además que esos honorarios "estarán sujetos a cualquier modificación que sea consecuencia de las alteraciones o variaciones que se puedan producir durante la redacción o aprobación del proyecto, así como durante la realización de las obras de urbanización". Se trata de un gasto que, a juicio de la oposición "no tiene ningún sentido". El grupo PSOE-Progresistas votó en contra del contrato con Bofill en el consejo de administración de la EMS celebrado el jueves pasado. Izquierda Unida discrepa también de la propuesta, pero optó por abstenerse debido a que la ejecución del parque lineal del Manzanares lleva demasiado tiempo parada. "No estamos de acuerdo con la parte económica del acuerdo, pero el proyecto tiene que ponerse ya en marcha y parece que el PP sólo es capaz de hacerlo con un contrato externo", explica Justo Calcerrada, de IU.

El representante socialista en el consejo de administración, Rafael Simancas, considera, por su parte, que el acuerdo con Bofill es una afrenta para los profesionales de la gerencia de urbanismo. "Tenemos en el Ayuntamiento funcionarios que hacen todos los días proyectos de urbanización y dirección de obras, pero es que además, el contrato establece condiciones inauditas", explica.

Así, una de esas claúsulas establece que el Ayuntamiento pagará por adelantado "el 35% de la partida correspondiente a la redacción del proyecto". Otro 40% será abonado a la entrega del mismo.

Asesoría

"Está claro que Urbanismo ha aceptado todas las condiciones de Bofill. No tenemos nada en contra de ese profesional, pero creemos que el concejal de Urbanismo Ignacio del Río, además de su obsesión por los arquitectos estrella, debería preocuparse por no despilfarrar el dinero de todos los madrileños", concluye Simancas.

Un portavoz de la concejalía de Urbanismo salió al paso de estas críticas. "La EMS no tiene técnicos para poder dirigir las obras y contrata habitualmente fuera esos trabajos. En este caso, además, el contrato está totalmente justificado porque ya en la legislatura anterior se le encargó el plan director del parque. Parece sensato que las ideas de esa plan las materialice el mismo que las ha diseñado. No hay que olvidar que se quieren promover proyectos de calidad en el sur de la capital", concluye.

El protagonismo de Bofill en el urbanismo madrileño se hizo patente con el Palacio de Congresos del Campo de las Naciones. Su taller va a decidir también la estética de la principal operación urbanistica planteada de cara al siglo XXI: la prolongación del paseo de la Castellana hasta la M-40 y construcción de la nueva estación de Renfe en Chamartín, un proyecto desarrollado por la empresa DUCH en el que Bofill apuesta por crear un nuevo centro financiero jalonado por una serie de rascacielos y edificios emblemáticos.