Un cónclave de capote

La plaza de toros de Ilumbe, en San Sebastián, acogerá próximamente el III Encuentro Mundial de Novilleros. Los nueve festejos que incluirá se desarrollarán los días 4, 11, 18 y 25 de febrero, a las 19.30, y los días 5, 12, 26 de febrero y 4 de marzo, a las l7.00. Intervendrán novilleros de diferentes nacionalidades: siete españoles, dos mexicanos, un venezolano, un francés, un portugués y un colombiano. Las ganaderías contratadas son de acreditada solvencia y, en general, de las que se conocen como relativamente cómodas.Los dos anteriores encuentros mundiales se celebraron en 1998 y en 1999. El primero de ellos estuvo basado en cuatro novilladas en Leganés y tres en Francia. El segundo se repartió por plazas como Arlés, Castellón, Toledo y un pueblo de Valencia. Las finales siempre acaban por realizarse durante la Feria de Abril de Sevilla. La novedad de este año consiste en que todas las novilladas se centran en un único lugar: San Sebastián, con su plaza de primera categoría.

Para el gerente de la empresa Tauromex, organizadora de todos estos encuentros, el matador de toros Raúl Galindo,la apuesta por incardinar todo el encuentro en una plaza supone asumir un riesgo económico mayor, pero, al mismo tiempo, comporta la ventaja de que los novilleros se encuentren unos con otros en el mismo ámbito para conocerse mejor.

La final de este tercer encuentro se desarrollará de nuevo durante la Feria de Abril sevillana. Habrá otra final, en territorio americano, en la Monumental de México. Se entiende este último evento en razón a que la financiación de todos los encuentros proviene del grupo industrial mexicano Pastejé.

Para animar al público guipuzcoano en esta historia novilleril, Tauromex,en sociedad con la empresa Chopera, propietaria del coso de Illumbe, organizó en la mañana de ayer un festejo gratuito. Tres matadores de toros retirados, Pedro Gutiérrez Moya, Niño de la Capea; José Ortega Cano y Víctor Mendes, lidiaron tres novillos. Los dos primeros eran de las ganaderías de ambos toreros; el otro, del Torreón. El espectáculo fue del agrado de los concurrentes, un par de millares de personas.

Niño de la Capea puso de relieve el dominio que siempre le caracterizó. Instrumentó tres series de derechazos, algunos de alta calidad, más un buen pase de las flores y dos soberbios trincherazos. Mató de media estocada. Ortega Cano, aparte de unas buenas verónicas, girando la cintura con suma cadencia, quiso que su novillo entrara un montón de veces al caballo para probar subravura. Y fue bueno el comportamiento del animal con el montado, aunque no lo fuera para la muleta. Víctor Mendes, estuvo bullidor. Variado con el capote, sobrado con las banderillas y cumplidor con la bayeta. Entre los espectadores se encontraba la cantante Rocío Jurado.