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Santana cerró 1999 con 200 millones de pérdidas y prevé repetir déficit este año Industria espera que la empresa tenga beneficios dentro de dos años

Santana cerró el ejercicio de 1999 con 200 millones de pesetas de pérdidas, cantidad similar a la que se volverá a reflejar como números rojos en el balance de este año, según el consejero de Industria, Guillermo Gutiérrez. A pesar del dato, se mostró optimista sobre la marcha de la factoría automovilística de Linares (Jaén) asegurando que son pérdidas contables debidas al plan de modernización y las inversiones que requiere. La inversión hasta el año pasado se situó en 7.000 millones y el plan fijaba unas necesidades de unos 15.000 millones.

El beneficio no volverá a Santana hasta dentro de dos años, según la previsión de Industria. La situación se puede complicar más si se sigue retrasando la decisión de Bruselas sobre el permiso solicitado por Santana para hacer una ampliación de capital de 3.900 millones de pesetas y, sobre todo, si la respuesta es negativa."No veo ninguna razón por la que la resolución sea desfavorable porque ésta es una empresa saneada y con futuro", indicó Gutiérrez. Sin embargo, este periodo de incertidumbre está suponiendo como primera consecuencia que se retrase el plan de inversiones, "aunque eso no pone en peligro a la empresa para nada".

El consejero planteó que los problemas de tesorería que ha tenido Santana se deben a la "crisis de crecimiento", provocadas por un incremento de la producción. Santana terminó 1999 con una facturación de 65.249 millones, lo que supone un 7,2% más que el año anterior y vendió 42.724 unidades, un 11,3% de incremento. También se incrementó el índice de penetración en el mercado nacional de todoterrenos, que pasó de un 14,7 en 1998 a un 15,27 cuando terminó 1999.

Gutiérrez reconoció que el proceso de trasvase de los activos de Molina a Campocarne, la filial andaluza de Campofrío, está siendo dificultoso y lento. "Quizá más tarde de lo que quisiéramos, pero se arreglará todo", aseguró. Desde que en junio se anunciase la compra de Molina por 2.000 millones no se había hablado desde la Junta de la situación de esta empresa cárnica hasta que ayer el consejero lo hizo ante los medios.

Las dificultades, explicó, llegan incluso al traspaso de activos, a la transformación de la fábrica, la formación y la adaptación de los trabajadores. Pese a todo, fue rotundo: "No tengo ninguna preocupación por el futuro de Campocarne".

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