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Los intelectuales expresan en Madrid su fe en un nuevo pensamiento crítico

Ignacio Ramonet y Eugenio Trías cierran el foro sobre el siglo XXI

Frente al pensamiento neoliberal, también llamado único o cero, hace falta un pensamiento crítico, humanizado, que dé una perspectiva global; un nuevo sistema que describa el mundo y ayude a comprenderlo. Pero ¿quién lo sistematizará? Según Sami Naïr, hace falta una mezcla de Marx y Cervantes para explicar este convulso periodo de transición hipercapitalista. Será difícil, pero nada está perdido todavía. Ésa es, más o menos, la conclusión del foro Propuestas para el siglo XXI, que cerraron ayer en Madrid el filósofo Eugenio Trías y el inventor del concepto de pensamiento único, Ignacio Ramonet.

Última sesión del foro de la Fundación Marcelino Botín, y conviene recordar el nombre del organizador del ciclo porque no deja de ser una ironía, o tal vez sólo un síntoma de esta nueva y paradójica complejidad que define el paso del siglo XX al XXI: un banquero (Marcelino, tío de Emilio Botín, fue vicepresidente del Santander) reúne en la poética Residencia de Estudiantes a una decena de intelectuales de la izquierda europea (si se permite la expresión) para que expliquen al mundo la gran maraña de la globalización, las trampas del pensamiento único, las estrategias del capital reconcentrado y especulativo, y para que planteen alternativas humanistas a ese Gran Hermano supertecnológico, abstracto y poderosísimo.Pero así son las cosas, y nadie dirá que el foro haya templado gaitas, sino más bien al revés. Ayer tocaba Multiculturalidad en la era de la información. Antes hubo intensa conferencia de prensa con los protagonistas del día, Ignacio Ramonet y Eugenio Trías (más Sami Naïr, Susan George y el coordinador, Francisco Jarauta).

Doctrina totalitaria

Fueron 45 minutos, suficientes para despejar un poco la bruma apocalíptica que quedó en el aire los primeros días. Ramonet confirma que el pensamiento único (concepto creado por él en 1995) es ahora otra cosa: una ideología, un cuerpo de doctrina totalitaria. Se llame como se quiera llamar, pax americana, consenso de Washington o pensamiento cero, el neoliberalismo se ha quitado la máscara, ya no es una técnica científica aceptada sin resistencia, sino una ideología que domina el mundo: recibe protestas, pequeñas pero insistentes, en muchos sitios; algunos ya han descubierto al enemigo y tratan de criticarlo; otros trabajan para mejorar el sistema, mientras sus valedores ("muy bien pagados desde los años sesenta por fundaciones americanas como The Hoover Institute, The Heritage y The Hudson Foundation", recuerda Susan George) siguen ejerciendo el gran chantaje, dice Ramonet: "O te adaptas a esto, que es lo más moderno, o te conviertes en dinosaurio". Una solución, sugiere el director de Le Monde Diplomatique, es refutar esa presunta modernidad: ¿es moderno matar de hambre?

Toma el testigo Eugenio Trías, sutil teórico de lo universal, lo local y lo individual. Los tres niveles forman hoy su idea de lo contemporáneo. Primero, El Casino global (la gran verbena técnica, mediática, económica); dos, El Santuario local (antítesis del Casino, deriva en integrismos y nacionalismos excluyentes), y tres, El Individualismo desesperado (lo singular como reacción a los otros dos). Lo ideal, dice Trías, sería corregir los graves desequilibrios que esos tres niveles producen y buscar que la rosa florezca ("aunque sea efímera como la del cactus"). Es decir, coger lo mejor de cada semilla para crear el humanismo crítico: de la conciencia global saldría una identidad local no violenta y solidaria; de ésta cojamos la narración simbólica y el misterio; de lo individual hagamos que emerja del baúl estoico una persona con voz propia, una máscara culta abierta al mundo...

Fogonazos ilustrados de vida y esperanza. Naïr alerta: no tenemos respuestas, necesitamos una visión global: el pensamiento único no está vacío y el débil no sale de casa. Hace falta un Cervantes que interprete el vértigo del ciudadano fragmentado entre el Viejo y el Nuevo Mundo; y un Marx o un Sartre que desmonte el nuevo orden entero, aunque sea con soluciones falsas... Jarauta cierra: creemos nuevos mapas intelectuales para definir lo nuevo: las identidades, las relaciones, los estándares culturales.

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