La depreciación de la moneda europea es un estímulo para las exportaciones, aunque perjudica la inflación
La imparable subida del dólar tiene, como toda moneda, dos caras. Favorece las exportaciones hacia el área de influencia de la moneda estadounidense, pero actúa como acicate de la inflación.La inflación ya se está cebando sobre la economía española y, con el dólar en su mayor nivel en 15 años, puede subir más. La razón es que el dólar es en exclusiva la moneda en que se paga el petróleo y muchos metales que se utilizan como materias primas en la industria. Una subida del dólar encarece automáticamente la factura energética, se traslada al precio del transporte y las empresas la repercuten luego en sus precios añadiendo leña al fuego. Nada bueno tras el peor año de inflación española desde 1997 (2,9%, en 1999, el doble que la media de la Unión Europea).
Los expertos afirman que el dólar se revaloriza porque la economía estadounidense está muy fuerte. En los últimos meses está creciendo al 4,5%. Estos analistas creen que la fortaleza del billete verde es un anticipo de la subida de tipos de interés que puede producirse en Estados Unidos el próximo martes cuando se reúna la Reserva Federal.
Un dólar fuerte también tiene efectos negativos sobre los turistas que se desplazan a Estados Unidos y otros países de influencia del dólar. La razón es que los precios se encarecen automáticamente al ser convertidos a las monedas respectivas. La situación empeora también para el turismo que se dirige hacia países del centro y del sur de América y que están utilizando el dólar como moneda de referencia.
En cambio, para las empresas que exportan a los mercados del dólar, la depreciación del euro es una ayuda de primer orden para vender más. Los productos que van al mercado norteamericano se abaratan automáticamente por la mayor capacidad de compra de los consumidores que pagan con dólares.
El peso del mercado de la divisa estadounidense no es despreciable para las exportaciones españolas. El 15% de las ventas españolas al exterior se dirigen a Estados Unidos y Canadá, según datos del Ministerio de Economía.
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