Trabajo tan sólo recibió 61 peticiones de empresas para utilizar el contrato de relevo durante 1999
El Departamento de Trabajo sólo recibió 61 peticiones de empresas durante 1999 para utilizar el contrato de relevo, un instrumento subvencionado por el Gobierno y que permite la sustitución de un trabajador mayor de 60 años que se acoge a una jubilación parcial por otro en paro. El viceconsejero de Trabajo, José Ramón Bengoetxea, atribuyó ayer la "escasa" aplicación a las limitaciones que contenía el primer decreto sobre el contrato de relevo (en vigor de julio a diciembre) debido a la normativa europea. Bengoetxea cree que los cambios introducidos impulsarán su uso.
El nuevo decreto del Gobierno -aprobado el 21 de diciembre- permitirá a las empresas percibir ayudas por la utilización del contrato de relevo superiores a los 100.000 euros (16,6 millones de pesetas). Éste era el límite máximo por empresa fijado en el primer decreto, que se debía repartir en tres años y que fue aprobado por el Ejecutivo en junio. El tope se eliminó gracias al acuerdo entre Trabajo y la Dirección de la Competencia de la Comisión Europea. Ahora ese máximo no se aplicará a los contratos de relevo porque la utilización de esta figura con sus modificaciones producirá un aumento de plantilla, condición exigida por la UE para permitir al Gobierno subvencionarlo. Para el viceconsejero de Trabajo, las limitaciones anteriores han retraído a las empresas, alo que se añadiría el desconocimiento sobre la nueva figura del contrato de relevo. "Para el Gobierno, el verdadero funcionamiento del contrato empieza a partir de ahora", indicó ayer durante la presentación de la campaña de publicidad que va a desarrollar el departamento para darlo a conocer.
De las 61 peticiones recibidas de empresas, Trabajo concedió 51. La subvención media por cada contrato de relevo puesto en marcha ascendió a un millón de pesetas. Las 51 peticiones concedidas no significa que se trate de otros tantos contratos, ya que cada solicitud puede conllevar varios contratos, dependiendo del número de trabajadores interesados que haya en cada empresa.
Cuando el Gobierno dio el visto bueno al primer decreto estimó que en 1999 podrían firmarse hasta 5.000 contratos. Aunque Trabajo no ha facilitado la cifra real alcanzada, ésta ha estado muy alejada de las previsiones.
El contrato de relevo tiene dos modalidades: la estatal y la vasca. Las empresas que accedan a las ayudas del Gobierno vasco se tienen que comprometer a mantener o aumentar el nivel de plantilla al menos durante tres años. Además, los trabajadores que se incorporen a la empresa lo harán a tiempo completo y su contrato se convertirá en indefinido cuando el trabajador al que están relevando se jubile de manera definitiva. El contrato de relevo estatal no incluye ninguna de estas cláusulas, pero, a diferencia del vasco, tampoco lleva aparejada subvención.
La modalidad vasca cuenta con una ayuda de 750.000 pesetas para las empresas que contraten indefinidamente y a tiempo completo a una persona en paro. En el caso de que el puesto de trabajo lo ocupe una mujer, la ayuda subirá a un millón de pesetas. Estas cantidades mínimas pueden aumentar en función de diversos criterios que atienden a las mayores dificultades de ciertos colectivos para conseguir una oportunidad para acceder al mercado laboral. Así, para los mayores de 45 años se estipula una subvención que puede alcanzar los 1,25 millones.
Vía de solidaridad
La campaña publicitaria comenzará mañana viernes bajo el lema El contrato de relevo es beno para todos y su coste para el Gobierno es de 40 millones de pesetas. El consejero de Trabajo, Sabin Intxaurraga, hizo hincapié en que este contrato es "una forma de repartir el trabajo y de incorporar al mercado laboral a colectivos con problemas de inserción".
Intxaurraga hizo un llamamiento expreso a las empresas, a los sindicatos y las personas que tengan entre 60 y 65 años de edad para que sean "solidarios". La campaña de difusión se prolongará durante 15 días, se emitirá en prensa, radio y televisión, con anuncios en euskera y castellano. Sus responsables la han calificado de "agresiva" y su objetivo es llegar a un colectivo de 50.000 personas en todo el País Vasco.
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