El jefe del Ejército chileno tarda ocho días en visitar a Ricardo Lagos
Ocho días después de ganar los comicios, el presidente electo de Chile, Ricardo Lagos, recibió ayer la visita oficial de la máxima autoridad militar, el general Ricardo Izurieta, comandante en jefe del Ejército y sucesor de Augusto Pinochet. Hoy está previsto que haga lo propio el comandante en jefe de la Marina, almirante Jorge Arancibia, y el jefe de la Fuerza Aérea, general Patricio Ríos. El primer uniformado que visitó a Lagos fue el jefe de Carabineros (policía militarizada), general Manuel Ugarte, el miércoles. Su iniciativa provocó malestar en las otras ramas militares.En toda actuación de las Fuerzas Armadas los gestos cuentan mucho. No ha pasado inadvertida la demora del jefe del Ejército en visitar al primer presidente electo de signo socialista, desde el derrocamiento de Allende.
El retraso contrasta con lo ocurrido tras las elecciones presidenciales de 1993, en las que el vencedor, el demócratacristiano Eduardo Frei, recibió un día después la visita del entonces comandante en jefe del Ejército, general Augusto Pinochet, que se presentó en la casa del presidente electo con una delegación de siete generales.
Ese mismo día acudieron a rendir pleitesía a Frei los comandantes en jefe de la Marina y de la Fuerza Aérea así como el director general de Carabineros.
Normalidad democrática
La situación de hoy día es muy distinta, indicaron fuentes próximas al presidente Lagos. "El hecho que el presidente electo reciba ocho días después a los jefes militares, sin presiones de ningún sector, muestra la normalidad en la que está avanzando el país en las relaciones cívico-militares", añadieron estas fuentes.
Siguiendo con la política de gestos, Lagos también ha tenido uno bien significativo. Inesperadamente, acudió el viernes al palacio de los tribunales de Santiago para saludar al presidente de la Corte Suprema, Hernán Álvarez, quien le presentó a los miembros del pleno de magistrados del alto tribunal que se encontraba reunido.
Fue la primera vez que un presidente electo visitó la Corte Suprema antes de asumir como gobernante. Lagos se desplazó para saludar al máximo representante del poder judicial, en un gesto de respeto por parte del poder ejecutivo. Lagos reiteró ante los magistrados que, como presidente, respetará la independencia y las decisiones del poder judicial.
En cambio, a los representantes de las Fuerzas Armadas el presidente electo les ha recibido en sus oficinas de la Fundación Chile 21, a las que han acudido los comandantes en jefe. Todo un signo de sometimiento de los militares al poder civil que emana de la legalidad constitucional.
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