"Aquitania y Euskadi van a tener que reforzar su cooperación"
Aquitania es la tercera región francesa en superficie y la sexta por su Producto Interior Bruto. Su situación geográfica la convierte en la puerta de España a Francia y le permite multiplicar la cooperación con la comunidad vasca, Navarra y Aragón. Ayer, el socialista Jean Louis Carrère, responsable de Infraestructuras y Transportes como primer vicepresidente del Consejo Regional de Aquitania, una suerte de Parlamento autonómico, apostó en Bilbao por incrementar las relaciones de esa zona con el País Vasco. "La unión con Euskadi confirma nuestra voluntad de ser una eurorregión. Los tres millones de habitantes de Aquitania y los de Euskadi [más de 2.100.000] no alcanzan los de Cataluña, ni los de los land alemanes, ni la población de la región de París. Pero, juntos, siempre tendremos más fuerza frente a Europa y seremos capaces de desarrollar proyectos comunes. Aquitania y Euskadi van a tener que reforzar su cooperación", aseguró a este periódico.
Carrère participó en el seminario que bajo el título Las redes europeas y el modelo federal de la Unión Europea se celebra en el Palacio Euskalduna de Bilbao hasta hoy. Lo primero que quiere decir el responsable de infraestructuras es que Aquitania viene defendiendo en Bruselas la prioridad de realizar un eje de gran velocidad que enlace París con Madrid, Vitoria y Dax para juntarse con la Y vasca, y una Bilbao, Vitoria e Irún.
El pasado mes de diciembre, Carrère y Álvaro Amann, consejero de Transportes, solicitaron en Bruselas, apoyados por los respectivos presidentes vasco y aquitano, a la comisaria europea Loyola de Palacio que tome en consideración su propuesta de que el eje de gran velocidad una no sólo Dax y Vitoria, sino Burdeos y Vitoria.
"Hay que responder a una demanda de transporte creciente debido a los cambios internos de la región aquitana, pero también a los que resultan de sus relaciones con otras regiones francesas y europeas y, sobre todas ellas, entre la Península Ibérica y el norte de Europa que representa la mitad del flujo en punto fronterizo de Hendaya-Biriatou", argumenta Carrère.
El primer vicepresidente aquitano resalta que, junto al problema de circulación de viajeros, se sitúa el del volumen de transporte de mercancias que cruzan por ese punto de la frontera y que no hay capacidad de asumir. "Las cifras son alarmantes. Diariamente pasan 7.000 camiones y se estima que el número se duplicará para el período 2010-2015".
Por estas razones, Carrère responde que la única solución es orientar la política de transportes al transporte modal. Explica que la pretensión vasca y aquitana es transportar la carga desde la carretera hasta el ferrocarril y al mismo tiempo utilizar los puertos vascos de Bilbao y de Pasajes y los franceses de Bayona y Burdeos. "Hemos decidido unir nuestros esfuerzos para crear una plataforma multimodal al norte de Euskadi. Ya hemos implantado una primera multimodal al norte de Burdeos y otra en Bayona".
Carrère resalta la importancia de "unir esfuerzos" entre las regiones europeas, en este caso Aquitania y País Vasco, por confluencia de intereses. Debemos formar un "lobby [grupo de presión] eficaz", asevera. Ya han dado los primeros pasos. Tras la reunión de diciembre en Bruselas, Carrère propondrá el próximo lunes a Amann dos mantener reuniones en Biarritz entre el 1 y el 9 de febrero próximos para preparar un encuentro conjunto con el ministro francés de Transportes y el español de Fomento a finales de ese mismo mes. "Pondremos nuestros medios muy diferentes en un objetivo común", arguye.
El primer vicepresidente del Consejo Regional de Aquitania reconoce que en Francia, como en España, las nueves redes de transporte también convergen en París y Madrid, en detrimento de las regiones. Sin embargo, cree que, al menos en el caso francés,esto está empezando a cambiar. "No todas convergen, aunque sí muchas. Por ejemplo, si se toma en consideración la banana azul [un eje geográfico de gran desarrollo desde Londres hasta Milán], la región de Lyon y de Marsella no convergen obigatoriamente hacia París y eso ya empieza a ser diferente".
El papel de las regiones en el nuevo diseño de las comunicaciones transeuropeas constituye una de las claves del futuro. Aunque su función está aún sin desarrollar, Carrère, como otros participantes que han intervenido en el congreso, no dudan en reiterar la idea de que las regiones tienen que "unir sus fuerzas" para impulsar sus respectivos intereses. El caso de Aquitania y Euskadi es el mejor ejemplo. Pero, además, aboga por crear grupos de presión. Durante dos años, Aquitania ocupa la presidencia de la comunidad de trabajo de los Pirineos (una organización de regiones de uno y otro lado del Pirineo formada por tres regiones francesas, las cuatro comunidades autónomas españolas y Andorra).
Como presidente de la comisión número uno que se encarga del transporte, Carrère cree que va a servir para "tener una potencia más fuerte como lobby y para que puedan prevalecer nuestras ideas" [de Aquitania y País Vasco]. "Esto no significa que nos opongamos al eje Mediterráneo, que se complementa con el Atlántico, pero debemos trabajar juntos", concluye.
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