La roda de sant Vicent

Se leía su "passió" como un evangelio cada 22 de enero. Su fama, universal, en la urbe y en el orbe. El converso, después de años de pinta, Aurelio san Agustín le honraba siempre el entonces día XI de las kalendas de febrero: "¿Quae hodie regio, quaeve provintia est, quosque vel Romanum Imperium, vel Christianum nomen extenditur, quae natalem non gaudet celebrare Vincentii?". En los antiguos calendarios, incluidos los islámicos, se señala la diada del "vencedor", que impactó a Occidente por la calidad de los tormentos, el heroísmo y la juventud del atormentado: "No arruines la flor de una edad -dijo el perverso romano Daciano a Vicente- que en su primavera comienza ahora a abrirse en ti; estás en los primeros años, no abrevies una vida más larga para tí". Valencia, marco del martirio justamente por no haber arraigado aún el cristianisno, se puso el año 304 a la privilegiada altura de Jerusalén con su diácono Esteban y de Roma con su Lorenzo.En Europa son numerosas las iglesias, los retablos y los altares. Protege portugueses marineros y vinateros catalanes -con muchas fiestas mayores y populares- y franceses, que le rezan: Sant Vicenç, bo i celestial/ ompliu la bota fins dalt. Pero, en el País Valenciano es el gran santo arqueológico por la no continuidad del cristianismo mozárabe con el importado ex novo por los colonos norteños de Jaume I. Contrasta su mundial notoriedad y su escasa memoria valenciana, solemne pero oficialista; de creus capa a dins con pontificial y procesión, visitas rituales a los posibles escenarios de su pasión y el humilde porrat en la Roqueta; Corbera lo festeja y Guadassuar también, con el encanto de su hermanadora repartició de la carn y su parroquia dedicada al santo aparejado con la roda solar: A sant Vicent de la Roda creix el dia una hora.