La ONU cifra en 300.000 las mujeres víctimas del tráfico sexual en Europa

Al menos 300.000 mujeres son víctimas de las redes de tráfico de mujeres destinadas a la prostitución, según la Comisión Económica de Naciones Unidas para Europa. Su secretario general, Yves Berthelot, aseguró ayer en Ginebra, donde se celebra la reunión europea preparatoria de la revisión de la Conferencia de la Mujer de Pekín, que este problema sigue en aumento, sobre todo a los países de Europa central y del este. Los más de 600 participantes de 55 países presentes en la reunión centraron sus trabajos en la violencia. El tráfico de seres humanos, casi siempre mujeres, es una de las violaciones de los derechos humanos que con más frecuencia se registra en Europa, aseguró la ministra suiza del Interior, Ruth Dreifuss, que calificó el fenómeno de "nueva forma de esclavitud".

Para Yves Berthelot, este tipo de tráfico afecta a todo el continente, pues si son las poblaciones de los países empobrecidos de la Europa del Este las que más expuestas están a ser víctimas de estas redes, los clientes de Europa occidental son quienes las alimentan. "Con demasiada frecuencia, los Estados sancionan a las víctimas más que a los organizadores de ese tráfico", acusó Berthelot.

No es el único problema que impide que la lucha contra este tipo de delitos sea eficaz. Para Dreifuss, la falta de coordinación policial y los intereses económicos en juego también contribuyen. Los grupos criminales que se dedican al tráfico de mujeres y niñas "disponen de medios financieros que les permiten comprar complicidades e intimidar a las víctimas y a los testigos", subrayó la titular de Interior suiza, que pidió también un esfuerzo mayor en la atención a las víctimas de estas redes.

El hecho de que muchas de ellas sean repatriadas a sus países de origen cuando son desmanteladas las redes no sólo dificulta su recuperación, sino que impide perseguir a los traficantes para poner fin a sus actividades, indicó Dreifuss. Sólo algunos países, entre los que se encuentran Bélgica, Holanda e Italia, cuentan con legislación para proteger a este tipo de víctimas.