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LA PRECAMPAÑA DEL 12-M

Más de mil personas abuchean a Aznar en Teruel y le acusan de marginar a la provincia

Javier Casqueiro

"No le ha venido nada mal. Es como lo que le sucedía a los emperadores en la antigua Roma, cuando el pueblo les increpaba y les ponía de nuevo los pies en la tierra". La frase, de uno de los más importantes dirigentes del PP aragonés, resumía, ya por la noche en Alcañiz, el recibimiento que encontró José María Aznar cuando aterrizó ayer por la mañana en Teruel. Más de mil personas recorrieron las calles de la ciudad para abuchearle y lanzar consignas - "Aznar, cobarde, esto está que arde"-, responsabilizándole de la marginación que, a ojos de la mayoría de los turolenses, sufre esta provincia.

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La mayoría de las consignas coreadas denotaban esa sensación de abandono: "Teruel existe, no es un chiste" y, sobre todo, "Aznar vete en tren", en demanda de mejoras en una infraestructura mucho más que deficitaria.Aznar llegó a Teruel en helicóptero sobre las 12 de la mañana para visitar las obras de la autovía Somport-Sagunto, que unirá Teruel con la red viaria de Zaragoza. Los 38 kilómetros ya en construcción están ya muy avanzados y otros 27 kilómetros están a punto de licitarse, pero en estos momentos no existe un solo metro de autovía en funcionamiento en la provincia. En cualquier caso, la visita le sirvió a Aznar para señalar que "parece que la autovía de Teruel existe", ironizando con el nombre de la plataforma ciudadana que lucha contra la marginación de la provincia. Por la tarde, en el mitin de Alcañiz, volvió sobre el asunto: "O yo soy un marciano o he estado esta mañana viendo una autovía".

El presidente del Gobierno tuvo oportunidad de comprobar en carne propia que lo que sí existe en Teruel es un hondo sentimiento de agravio. Nada más llegar a la ciudad, sobre la una de la tarde, fue recibido con una enorme pitada. En la recepción en el Ayuntamiento, gobernado por el PP, faltaron los concejales del PSOE y de Chunta Aragonesista, que protestaban porque el Gobierno regional, en manos del socialista Marcelino Iglesias, no fue invitado formalmente hasta última hora a la visita a las obras de la autovía.

Tras el acto en el Consistorio, Aznar emprendió un paseo por las calles más céntricas de la capital que se convirtió en un auténtico suplicio entre los silbidos, abucheos y cánticos de más de un millar de simpatizantes de la Coordinadora Teruel Existe, a los que se sumaban los integrantes de otra coordinadora de Daroca (Zaragoza), que viajaron en autobuses para protestar por haber quedado relegados en el trazado de la futura autovía. Todos corearon "Teruel existe", un grito de guerra entre los residentes de la provincia y que aglutina a prácticamente todas las instituciones, partidos, colectivos y asociaciones. Una deficiente organización del paseo permitió, además, que los manifestantes se acercaran en numerosas ocasiones hasta casi tocar a Aznar, visiblemente agobiado y tenso.

Los dirigentes locales del PP habían intentado en los últimos días un acercamiento a la coordinadora que ayer fue reiterado por el ex presidente regional Santiago Lanzuela. Pero los ánimos estaban muy soliviantados tras los significativos olvidos hacia los representantes de los partidos y el Gobierno regional en los preparativos del viaje. Marcelino Iglesias rechazó acudir al encuentro y acusó a Aznar de "humillar a los aragoneses". También el diputado nacional del Partido Aragonés Antonio Serrano, socio del PP casi hasta el final de esta legislatura, se permitió advertir a Aznar de que su formación recordará este "desprecio" si, tras el 12-M, le faltan uno o dos votos para lograr la investidura.

Los portavoces de la Coordinadora Teruel Existe tampoco aceptaron la invitación de última hora para ver a Aznar. En primer lugar porque se les hizo llegar que el jefe del Ejecutivo no quería recibir a su principal dirigente, Francisco González, al que se rechazó entre otras razones porque en el PP entienden que está comprometido ideológicamente con IU. Desde la coalición de izquierdas, el coordinador general en Aragón, Jesús Lacasa, criticó el "vetusto anticomunismo" del PP por vetar a González.

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Sobre la firma

Javier Casqueiro
Es corresponsal político de EL PAÍS, donde lleva más de 30 años especializado en este tipo de información con distintas responsabilidades. Fue corresponsal diplomático, vivió en Washington y Rabat, se encargó del área Nacional en Cuatro y CNN+. Y en la prehistoria trabajó seis años en La Voz de Galicia. Colabora en tertulias de radio y televisión.

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