Claroscuros de éxito
The Smashing Pumpkins Billy Corgan (voz y guitarra), James Isha (guitarra), Melissa Auf Der Maur (bajo) y Jimmy Chamberlain (batería). Sala La Riviera. 4.000 pts. Madrid, domingo 16 de enero.
The Smashing Pumpkins acudieron a la cita con la hambrienta multitud de espectadores de rock en vivo que abarrotó el recinto con un nuevo disco bajo el brazo que verá la luz en todo el mundo en pocas fechas. Machina se llama, y, a juzgar por lo escuchado en vivo, va un paso más allá en el universo musical caótico y lleno de abstracciones que Billy Corgan, líder del grupo, ha aportado a la historia del rock y en el que no faltan los claroscuros creativos y viajes de ida y vuelta de propuestas realmente interesantes a la monotonía agotadora; de la belleza melancólica a los inacabables descontroles instrumentales.La puesta en escena con la que se presentaron era austera, y, ante la seriedad y empaque inicial de los miembros del grupo, hacía que destacara el excelente juego de luces y la batería verde fosforito. El sonido comenzó siendo titubeante y nada limpio, emborronando casi siempre las ya de por sí extrañas y difíciles líneas melódicas del grupo.
El concierto empezó frío por parte de la banda, que no del público; hasta que los acordes de la vibrante Heavy metal machine hicieron elevarse la gélida temperatura que condicionaba el ambiente. La tensión generada por las canciones, las eléctricas descargas de la guitarra de Isha y, sobre todo, la consistencia de una base rítmica en la que sus dos elementos se manejan con reseñable soltura y contundencia hicieron a Corgan y los suyos coger confianza suficiente como para soltarse la melena y hacer estallar ante el auditorio piezas de pirotecnia comprobada como su clásico éxito Tonight, que marcó el punto álgido de la velada.
El propio cantante mudó su expresión de Nosferatu preocupado y sonrió, se mostró a gusto y bromeó con el público a medida que comprobaba que las cosas iban saliendo a pedir de boca. Tras un impactante fin de concierto, que incluyó lo más intenso de la actuación merced a piezas clásicas como Ava Adore o Cherub rock, la banda se vio obligada a reaparecer hasta tres veces, ofreciendo, entre otras, la delicada 1979 y la coreada Stand inside your love.
Babelia
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