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Un cinturón de vertederos incontrolados rodea el término municipal de Alicante

La ciudad de Alicante está rodeada de vertederos. Aunque el censo oficial elaborado por Medio Ambiente habla de 80 muladares ilegales, son más de 200 los puntos sobre los que se acumulan todo tipo de basura. No hay sanciones, y el control policial brilla por su ausencia. Las protestas vecinales y de grupos ecologistas de poco sirven, mientras el ecoparque, escasamente conocido por la población y mal situado, se manifiesta incapaz de solucionar el problema. Los grupos de la oposición municipal critican la situación, y el equipo de gobierno prefiere callar.

Oficialmente, y según el censo de Medio Ambiente, en Alicante existen 80 vertederos ilegales, y no todos en zonas deshabitadas. Lugares como los barrios Villafranqueza, 400 Viviendas o Virgen del Remedio acogen algunos de ellos. "Es un censo viejo", asegura el portavoz del grupo socialista en el Ayuntamiento, José Antonio Pina. Oficiosamente, los basureros incontrolados se cuentan por centenares, y no hay más que dedicar un día a recorrer el término municipal para comprobarlo. "Hace años Alicante estaba rodeada de escombreras, y hoy ya están dentro del casco urbano", denuncia la oposición. El equipo municipal de gobierno, del PP, elude pronunciarse sobre el tema.La solución no es fácil, pero "es posible". Según Pina, el Ayuntamiento ha dejado perder subvenciones de la Unión Europea para eliminar vertederos, y destina en sus presupuestos una cantidad "irrisoria" para combatirlos. No hay sanciones, y el control policial brilla por su ausencia. ¿Qué se puede hacer? Algunas soluciones que van más allá de ampliar la partida económica que el gobierno local destina a la lucha contra los vertidos ilegales y limpieza de escombros. En primer lugar, los expertos reclaman un vertedero legal de escombros en condiciones -la escombrera municipal es una antigua cantera de áridos de escasa capacidad-, y después instalar puntos de recogida selectiva en lugares estratégicos de la ciudad. En la actualidad funciona un ecoparque, pésimamente emplazado y escasamente conocido por la población.

"Ahora es un buen momento para atajar el problema", según el PSPV, porque los técnicos municipales están redactando el pliego de condiciones pa-ra sacar a concurso la nueva contrata de recogida de basuras en el municipio. "El contrato debe incluir una solución para los escombros, y no limitarse exclusivamente a la recogida de basura y limpieza de la ciudad", señala el portavoz.

El problema de los residuos en Alicante no sólo afecta a las dificultades para deshacerse de los escombros. El vertedero de residuos sólidos, adonde van a parar las miles de toneladas de inmundicia que genera cada día la ciudad, está obsoleto. Ni siquiera dispone de una instalación para evacuar los gases que se producen por la descomposición de la basura. Los polígonos industriales reciben un tratamiento de limpieza igual al de las partidas rurales, y allí no se recoge a diario la basura y los desperdicios se amontonan en las calles y en las puertas de las fábricas.

La mayoría de escombros que se depositan en cualquier solar de la ciudad provienen de obras menores, de reformas domésticas, aunque también el auge en la edificación de viviendas nuevas ha contribuido a empeorar la situación.

Concurso público

El último gobierno socialista de Alicante fracasó en su intento de crear una gran escombrera y sellar todos los vertederos ilegales. Convocó un concurso público para encontrar un lugar donde depositar los desechos, pero el proyecto no cuajó. El PP tampoco ha sido capaz de atajar el problema.

Junto a carteles que advierten de que está prohibido verter escombros, bajo multa de 50.000 pesetas, todo tipo de enseres y deshechos se acumulan por doquier, desde piezas de desguace hasta autobuses abandonados. Y mucha basura.

En los aledaños del instituto Gran Vía, en el barrio 400 Viviendas, por ejemplo, los escombros conforman una hilera espesa e infinita. Un cinturón de despojos pestilentes. Por ahí deberían pasar los coches, pero la construcción de la segunda circunvalación de la ciudad se retrasa. La escombrera sorprende por su extensión y, sobre todo, por su proximidad a las viviendas y al centro escolar.

En el corazón del barrio Virgen del Remedio hay una plaza sobre un promontorio desde la que se divisa toda la ciudad. Al fondo se adivina el mar y, a un lado, un basurero.

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