Corrupción y democracia
Todo empezó hace cuatro años con la investigación sobre las donaciones en metálico de un desconocido comerciante de armas a la CDU. (...) A corto plazo, es un regalo caído del cielo para el canciller Schröder. (...) El escándalo refleja que Alemania se enfrenta a un problema mucho mayor. (...) Resulta todavía impensable que Helmut Kohl pueda ir a la cárcel, pero su incuestionable contribución a la historia del país no puede nublar el juicio del tribunal. La inmunidad a un procesamiento concedería una licencia a los líderes políticos para cometer estos mismos delitos en el futuro. Debe quedar claro (...) que es inaceptable.Alemania no es la única afectada. Los problemas asociados a la financiación política se han producido en todo el mundo occidental, (...) y la corrupción bien podría ser la maldición de la democracia del siglo XX. Los partidos políticos, en su búsqueda de fondos, se comprometen con personas o empresas que prefieren mantenerse a la sombra de la vida pública.
Por su silencio sobre los donantes, Kohl actúa como si tratase de proteger a inocentes. En realidad, sus acciones y las de Schäuble son en extremo cínicas. No hace falta ser un genio en política para comprender que los donantes esperan una compensación política. Y si los donantes se niegan a hacer públicos sus nombres, esta suposición se hace más firme. (...) Se han de estructurar leyes rigurosas para clarificar la financiación de los partidos, y el incumplimiento de las leyes debe castigarse severamente. Tolerancia cero ha de ser la nueva regla, en Alemania y en todo el mundo.
Londres, 12 de enero
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