El Gobierno español no formulará objeciones a la decisión británica sobre el proceso de extradición

El Gobierno español considera que no hay nuevos elementos que argumentar en el caso Pinochet, por lo que no procederá a hacer alegaciones, según informó ayer el ministro español de Asuntos Exteriores, Abel Matutes. De esta forma, el Ejecutivo da por hecho que el Reino Unido procederá a interrumpir el procedimiento de extradición a España del senador Pinochet "por razones de orden humanitario", a lo que no tiene nada que objetar. Matutes quiso dejar ayer bien claro que la responsabilidad de la decisión compete en "exclusiva" al ministro Jack Straw.La carta enviada por el Ministerio del Interior británico al Ministerio de Exteriores, en la que se daba cuenta de la probable decisión de suspender la extradición a España del general Pinochet -y a la que ha tenido acceso EL PAÍS-, afirma en uno de sus párrafos: "El objeto de esta carta es invitarle a usted, dadas las circunstancias y en representación del país requiriente en este caso, a que someta las alegaciones que usted considere que el secretario de Estado [Jack Straw] debe tener en cuenta al considerar dicha decisión. Deberá tomar en cuenta que, al considerar su decisión en este caso, el secretario del Interior tendrá presentes las alegaciones previas apropiadas realizadas en representación de España, y que no es necesario por ello que las repita".

La carta, firmada por Fenella Tayler, de la sección de extradición del Ministerio del Interior, y dirigida por Brian Gibbins, de la fiscalía británica, señala que "cualesquiera alegaciones" que pudieran hacerse deberán ser remitidas a Londres antes de las cinco de la tarde del martes 18 de enero.

Sin nuevas alegaciones

Matutes indicó ayer que la probable denegación de la extradición de Pinochet a España es una decisión que corresponde "exclusivamente" al ministro del Interior británico, y que el Gobierno español la respetará, ya que no hay nada nuevo que alegar. Exteriores entregó copia de la carta al juez Baltasar Garzón.

El ministro español, que habló el martes por la noche por teléfono con su homólogo chileno, Juan Gabriel Valdés, subrayó que el Gobierno español no tiene "argumento nuevo" que trasladar en este caso. "En la medida en que no lo haya, no procede efectuar tales consideraciones, por cuanto el Gobierno español no tiene por qué compartir con nadie la responsabilidad que compete en exclusiva al ministro Straw", dijo Matutes.

La carta, recibida el martes por la tarde en Madrid, tras explicar que la conclusión "inéquivoca y unánime" de los tres médicos que examinaron a Pinochet es que es "incapaz de someterse a juicio", daba así noticia de la próxima decisión de Straw.

"Dadas las circunstancias, el secretario de Estado se inclina por concluir que no tendría sentido alguno continuar el proceso actual, iniciado a resultas de la petición española de 16 de octubre de 1998 para su extradición. En consecuencia, está pensando tomar la decisión de que no extraditará al senador Pinochet a España. El efecto de dicha decisión sería la base actual para que su detención continuada decaería".

En la carta, el Ministerio del Interior comunica qua "ha escrito a las embajadas de Bélgica, Francia y Suiza, que mantienen solicitudes de extradición pendientes", para informales de la decisión.

Además de al Gobierno español, el Ministerio del Interior británico también ha invitado a hacer alegaciones, si lo consideran pertinente, al Gobierno de Chile, a los ministerios británicos de Asuntos Exteriores y Defensa y a los despachos de abogados que representan los intereses de organizaciones no gubernamentales, como Amnistía Internacional o Human Rigths Watch.

El Gobierno español se apresuró a hacer público horas después de recibir la carta de Londres un comunicado en el que recordaba que era su intención "respetar las descisiones del Gobierno británico" sobre este caso.