Ford utilizó la gestión del Ivex para exportar a Túnez turismos fabricados fuera de Valencia

Ford se valió de los derechos de compensación generados por la gestión del Instituto Valenciano de la Exportación (Ivex) para vender en Túnez coches fabricados en Colonia (Alemania) y en sus plantas del Reino Unido. Así consta en un documento, que ya obra en poder del juez encargado del caso, que un alto cargo de la multinacional en Africa envió al Ivex en marzo del año pasado. La empresa pública arrastra un agujero de 1.049 millones por avalar esa operación, que entre 1995 y 1998 permitió vender en el país magrebí 262 vehículos producidos en Almussafes.

El responsable de la compañía norteamericana para el oeste de Asia y el norte de Africa, Rodolfo Blum, instó el 23 de marzo de 1999 al Ivex a que continuara generando derechos de compensación que facilitaran la exportación de sus vehículos a Túnez, según apuntaron ayer fuentes cercanas al caso. En su comunicación, remitida por fax desde la sede de Ford para esos mercados -Dubai, la capital de los Emiratos Árabes Unidos- Blum señalaba que los turismos con destino al país magrebí tendrían tres puntos de procedencia: el modelo KA fabricado en Almussafes (Valencia), los Fiesta y Transit facturados en Alemania y los Escort, salidos de las plantas británicas del gigante del automóvil.

Según las mencionadas fuentes, la necesidad de Ford de exportar vehículos a Túnez sería una de las claves que explicaría los riesgos económico-financieros asumidos por el Ivex en las operaciones realizadas con Jean Luc Lagier, el empresario francés acusado por la Generalitat -junto con José María Tabares, ex director del Ivex- de generar un "quebranto económico de 1.049 millones" a la hacienda pública.

Así, y según varios documentos que ya obran en poder de Vicente Ríos, el juez encargado de investigar el caso, Ford ha demandado repetidamente al Ivex la generación de los aludidos derechos de compensación.Para conseguirlo, los responsables de la multinacional, después de que se frustrara la cooperación entre el Ivex y Lagier, intentaron reconducir la situación convocando, el pasado 4 de noviembre, una reunión a tres bandas que se celebraría a finales de noviembre en Valencia. La presentación de la querella, el 17 de ese mismo mes, frustró el encuentro.

Recuperación de la deuda

La continuidad de la operación del Ivex con Lagier tenía un doble objetivo. De un lado, atender las peticiones de Ford que reclamaba la generación de derechos de compensación para poder seguir exportando vehículos a Túnez. De otro, recuperar una deuda de 533 millones de pesetas que Apod, una empresa propiedad del padre del empresario francés, mantenía con el Instituto. Ambas circunstancias aconsejaron a Tabares avalar a Jean Luc Lagier, siempre según fuentes cercanas al caso.

En ese sentido, Tabares, tal como explicó y documentó en su comparecencia ante Ríos, cumplió parte de sus objetivos. Al término de su mandato, tras las elecciones del pasado junio, la deuda que Apod mantenía con el Ivex se redujo de 533 millones de pesetas a cerca de 75. Es decir, de alrededor de 22 a tan sólo tres millones de francos. Entre otras cosas, porque el Ivex obtenía un 7% de comisión de cada venta que la compañía estadounidense hiciera en Túnez.

Además, tal como también conocen ya juez y fiscal, Lagier había asumido sus compromisos de pago hasta el 29 de septiembre pasado. En ese momento no hizo frente a sus obligaciones después de que el Ivex, unilateralmente, comunicara al propietario de Sonotube que no reconocía ningún vínculo económico con él. Las memorias de actividad del consejo de administración de la entidad presidida por Carmen de Miguel desmienten, en principio, esa afirmación.