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100.000 soldados inexpertos contra 30.000 curtidos guerrilleros

Los guerrilleros chechenos -entre 20.000 y 30.000, aunque el presidente Aslán Masjádov ha dicho que puede poner a 50.000 hombres en armas- se están enfrentando exitosamente a una fuerza muy superior en efectivos y muchísimo mejor armada. El Kremlin tiene en Chechenia entre 90.000 y 120.000 efectivos que, sin embargo, están divididos entre diversas instituciones y, ante todo, se subordinan al Ministerio de Defensa y al del Interior. Lo que está claro es que a pesar de su gran superioridad, las fuerzas federales parecen insuficientes, si no para lanzar ofensivas triunfantes, al menos sí para mantener el control de lo que califican las "zonas liberadas".La táctica que han empleado esta vez los militares difiere de la aplicada en la guerra anterior de 1994-1996. Ya no hay asaltos de tanques contra las ciudades, como la de la Nochevieja de hace seis años, cuando los blindados entraron en Grozni creyendo que la conquistarían rápidamente. La realidad fue muy distinta: las calles se convirtieron en una trampa para los tanques, que fueron reventados y se produjo una auténtica matanza de soldados rusos. El Kremlin ya no repite esos errores.

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Bombardeo y limpieza

En esta guerra, los rusos aplican el siguiente esquema: primero, la aviación y la artillería bombardean despiadadamente las posiciones enemigas con el fin de obligar a los separatistas a retirarse, lo que no siempre consiguen; luego, los soldados del Ministerio de Defensa avanzan y, si encuentran gran resistencia, retroceden y la artillería y la aviación vuelven a bombardear. Cuando los soldados de Defensa llegan a una localidad no entran en ella, sino que la bloquean y esperan a las tropas de Interior, que son las encargadas de realizar la limpieza en los pueblos. De ahí que los soldados de Interior sean los que sufren más bajas. Ha habido algunas excepciones a esta regla. Por ejemplo, en Alján-yurt, cuando el 15º Regimiento entró en la aldea y, según los rusos, cayó en una trampa. De ahí que después, furiosos y borrachos, mataran a decenas de civiles.

El éxito de los chechenos se debe, ante todo, a su gran capacidad de maniobra. El número total que puedan tener en armas es algo secundario, ya que nunca actúan en grupos de más de unos centenares. Pero su agilidad les permite multiplicar su eficacia. El Ejército, en cambio, tiene poca movilidad y muy baja capacidad de combate comparado con los chechenos. Ello se debe a que los combatientes rusos son, en su mayoría, soldados de reemplazo, mientras que los guerrilleros son veteranos. Los expertos opinan que para vencer, Moscú debería llamar a los reservistas y organizar un fuerza de medio millón de hombres.

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