Las rebajas prolongan la fiebre de compras registrada durante las fiestas navideñas
Los comerciantes barceloneses harán su agosto en enero. Las rebajas arrancaron ayer con más fuerza que en años anteriores para acabar de redondear la espectacular temporada de ventas de Navidad y Reyes.En el centro de Barcelona se respiraba durante toda la jornada un ambiente festivo debido a la gran afluencia de compradores que desde primera hora empezaron a desfilar por las tiendas, tanto grandes como pequeñas. Al anochecer, un portavoz de El Corte Inglés afirmaba que sus centros habían tenido un 17% más de visitantes que en el mismo día de hace un año.
A mediodía costaba abrirse paso por el Portal de l"Àngel, en Barcelona. Era un hervidero, invadido por la euforia compradora que confirmaba por sí sola los buenos augurios de las organizaciones de comerciantes. Éstos esperan completar la campaña de rebajas más importante del año sin que decaiga la tensión consumista de las últimas semanas. Los grandes almacenes de la plaza de Catalunya colocaban ayer carteles anunciando descuentos superiores al 25% mientras a escasos metros unos obreros retiraban de las fachadas las bombillas navideñas.La Dirección General de Consumo insistía ayer en que los comerciantes respetan cada vez más el inicio oficial de las rebajas, así como la apertura en días festivos. Ello no impidió que algunas cadenas comerciales incumplieran las fechas una vez más y adelantaran las rebajas en vísperas de Reyes para aprovechar la inclinación al gasto de aquellos días. El portavoz del Departamento de Comercio rechazó informar del número de reincidentes que serán objeto de expediente sancionador, y mucho menos de su identidad. Algunas fuentes apuntaron que los expedientes abiertos superan la treintena.
Consumo y las organizaciones de comerciantes destacan que la coincidencia de tres días consecutivos de rebajas en los que buena parte de la población no trabajará hará que las cajas registradoras acaben echando humo sin parar, incluido el domingo.
La reciente apertura de los almacenes Marks & Spencer en la plaza de Catalunya no sólo no aumenta la competencia en la zona, sino que permitió ayer que la foto de la mayor aglomeración se repitiera en el vecino Corte Inglés. Antes de que abrieran las puertas, ya había cola en la calle. Un portavoz de este centro comercial no dudaba en afirmar que habiendo sido diciembre un mes formidable de ventas y teniendo en cuenta que se ha mantenido la misma tónica en los cinco primero días de enero, no hay razón para pensar que las principales rebajas del año no vayan a rematar a lo grande la campaña que acaba el 6 de marzo. Al cierre de los establecimientos, la misma fuente explicó que el número de visitantes se había incrementado en un 17%. En total, 90.000 personas entraron en el centro comercial de la plaza de Catalunya, y 310.000 en todos sus establecimientos. La mayor aglomeración se registró sobre las seis de la tarde.
En los comercios más pequeños se percibe menos euforia: precisamente porque se ha vendido mucho esta Navidad, queda menos género que otros inviernos, con lo cual muchos dan casi por finalizada la campaña. Algunos establecimientos clásicos en rebajas, como Gonzalo Comella, en el paseo de Gràcia, registraron durante toda la jornada un gran trasiego de parroquianos atraídos por el anuncio de liquidación por reformas. Otras tiendas, entre ellas la del gallego Adolfo Domínguez, vivieron ayer una jornada muy movida.
Aunque todo en el ambiente inducía a gastar, no todos podían hacerlo. En el Portal de l"Àngel, muy cerca de una óptica, un indigente dormía abrazado a su perro lobo, ajeno a tanto ajetreo, mientras un platillo velaba por su depauperada economía junto a un cartel en el que imploraba ayuda para satisfacer el hambre de su can y la propia.
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