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EL "CASO ATLÉTICO"

Pilar Ramírez intervino judicialmente el Marbella en 1995 a petición de Gil

Jesús Gil pidió y obtuvo en 1995 la intervención judicial de un club de fútbol: el Atlético Marbella, que militaba en Segunda A. El Ayuntamiento había vendido este equipo, un año antes, a un empresario de origen serbio y pasaporte chipriota, Slobodan Petrovic.El auto que permitió a Gil hacer con el Marbella algo parecido a lo que García Castellón ha hecho con el Atlético de Madrid lo firmó el 20 de abril de 1995 la juez Pilar Ramírez, suspendida el pasado mes de julio en sus funciones por el Consejo General del Poder Judicial. Ramírez ha sido expedientada por dos faltas muy graves. El fiscal jefe anticorrupción, Carlos Jimérez Villarejo, acusó en abril a Ramírez de "manifiesta parcialidad" a favor de Gil.

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Tras la resolución de Ramírez de intervenir el Atlético Marbella, Gil declaró: "Hay una luz para intentar resolver los problemas del club". El alcalde puso al frente del equipo, como administrador judicial, a un concejal del Grupo Independiente Liberal (GIL), Manuel Rodríguez Hernández, entonces delegado de Mercados y actualmente defensor del pueblo de la ciudad.

Petrovic presumía de ganar más de 60.000 millones de pesetas al año, había llegado a España en 1993 ilegalmente y el 6 de abril de 1994 el Ayuntamiento presidido por Jesús Gil le vendió el Marbella por 113 millones de pesetas.

Se hizo cargo del club en julio e inmediatamente pidió asilo político. El equipo estaba entonces en Segunda A y él prometió llevarlo a Primera. Se enfrentó a Gil porque no se le advirtieron de las deudas que tenía la sociedad, entre ellas una letra de 63 millones con la Liga de Fútbol Profesional (LFP). "A lo mejor nos tenemos que hacer cargo del club", advirtió el alcalde en noviembre de 1994.

Petrovic nombró vicepresidente del club a Antonio Serrano, que había sido concejal de Deportes en el primer gobierno municipal de Gil, hasta que a finales de 1992 fue sustituido por Carlos Fernández. Serrano protagonizó una polémica con el alcalde en noviembre de 1994, e incluso amenazó a Gil con una querella que nunca puso.

Finalmente, la aventura de Petrovic terminó con el club al borde de la desaparición. En abril de 1995 tenía una deuda cercana a los 500 millones de pesetas y los jugadores llevaban cuatro meses sin cobrar. Gil ofreció a hacerse cargo del equipo con dos condiciones: que Petrovic cediera sus acciones a una sociedad municipal y que se marchara la directiva.

"No voy a dejar que el Marbella desaparezca", aseguró el alcalde. Entonces llegó la intervención judicial dictada por la juez Ramírez. El Atlético Marbella dejó de existir en 1997. La Unión Deportiva Marbella de regional preferente, el club que fichó al jugador brasileño Maxi, se fundó inmediatamente después para compensar a la ciudad.

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