El Atlético puso al juvenil del Marbella un precio más barato del que pagó a Jesús Gil
Miguel Ángel Gil Marín firmó en junio de 1999 un contrato con Maximiliano Teixeira, después de su mayoría de edad, en la que fijó una cláusula de rescisión de 1.000 millones de pesetas. Esta cifra es inferior a los 1.100 millones de pesetas que el Atlético de Madrid pagó a la empresa propiedad de Jesús Gil, Promociones Futbolísticas, SA, en enero de 1998 por el juvenil brasileño que estuvo a prueba en la Unión Deportiva Marbella. Carlos Fernández, el concejal de Deportes del GIL que en 1997 contrató los derechos del jugador, anunció ayer que enviará los contratos al fiscal anticorrupción y a la Audiencia Nacional.
Carlos Fernández es ahora portavoz del Partido Andalucista en el Ayuntamiento de Marbella. Ayer remitió ayer a la Fiscalía Anticorrupción y a la Audiencia Nacional los dos contratos suscritos entre el Atlético de Madrid y el jugador juvenil brasileño, Maximiliano de Oliveira Texeira, que Jesús Gil vendió al club rojiblanco por 1.100 millones de pesetas. Entre los documentos enviados al juez Manuel García Castellón figuran también "pruebas gráficas y escritas sobre la estancia del jugador en la UD Marbella", entidad en la que recaló en el verano de 1997 tras una gira de exhibición con el equipo brasileño Botafogo de Piaui.El primero de los contratos entre el futbolista y el Atlético de Madrid se firmó el 5 de septiembre de 1997 entre Miguel Ángel Gil Marín y la madre de Maximiliano, que en esa fecha tenía 16 años y era menor de edad. El contrato se refería a las temporadas 97-98 y 98-99. El jugador percibiría por la primera de ellas 400.000 pesetas y un millón por la segunda. Se estipulaba también que si Oliveira fuese inscrito como jugador del club quedaría vinculado por tres temporadas más, a razón de 1.500.000 pesetas, dos millones y dos millones y medio. La cláusula de rescisión se fijó en mil millones de pesetas.
En su auto de 22 de diciembre, el juez García Castellón señala como "llamativo", que a pesar de disponer de sus "hipotéticos derechos federativos", el Atlético de Madrid pagó 1.100 millones de pesetas más IVA por el jugador en enero de 1998, a la empresa Promociones Futbolísticas SA, propiedad de Jesús Gil y Gil.
El segundo documento se suscribió el 8 de junio de 1999 entre Miguel Ángel Gil Marín y el jugador, que ya era mayor de edad. Este contrato se refería a las temporadas 1999-2000 y 2000-2001. Maximiliano Oliveira recibiría 4 millones de pesetas por temporada. En esta ocasión se mantuvo la cláusula de resolución anticipada del contrato en mil millones de pesetas.
Para el edil andalucista estos documentos demuestran que el juvenil brasileño estuvo primero en la UD Marbella, que Promociones Futbolísticas "nunca compró al jugador a una empresa holandesa", como sostiene Jesús Gil, y que "se trató de una operación ficticia, en la que el precio de la venta de Oliveira al Atlético de Madrid no se corresponde con lo que este cobraba por temporada". Según el concejal del PA en el fichaje de Maximiliano de Oliveira hay dos posibilidades: "que se trate de una malversación de fondos públicos o del robo de un jugador a los dos clubes de Marbella, a los que traía los futbolistas que le sobraban en el club madrileño".
Teixeira se comprometió primero con el otro club de Marbella, la Unión Deportiva San Pedro, que en el verano de 1997 estaba en Segunda B y estaba presidido por el entonces concejal del GIL Carlos Fernández. Como no era comunitario, se le preparó una ficha de aficionado para que jugara en regional preferente con la Unión Deportiva Marbella y se convino pagarle 60.000 pesetas al mes, el sueldo de los solteros. Este club estaba presidido por Antonio de Sola, funcionario municipal de la Delegación de Deportes. Gil corrobora que "los dos clubes son municipales, financiados por el Ayuntamiento". Carlos Fernández afirma que el alcalde pidió que mandaran al jugador al Atlético, cuando lo vio jugar en un amistoso. Tras la marcha de Maxi a Madrid, Fernández afirma que Jesús Gil y el entonces primer teniente de alcalde, Pedro Román, le estuvieron "machacando durante tres días seguidos en el Club Financiero para que firmase documentos en blanco con el membrete del Ayuntamiento de Marbella y del Atlético de Madrid". "Como no me pudo involucrar ni consiguió que firmase los documentos, me cesó", concluyó.
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