Jorge Vigil ironiza en un libro sobre los vicios públicos y privados
El diccionario reúne 400 "pecados", como el antitabaquismo, la castidad o la ira
No es un diccionario al uso. "Es un trabajo antipático por su misma naturaleza, pues recoge precisamente todos aquellos pathos (afectos) que estimamos contrarios y desearíamos ver lejos de nosotros", advierte el autor en el prólogo.La estupidez, la crueldad y el egoísmo son, para Jorge Vigil (Madrid, 1955), los tres vicios universales y tan antiguos como el hombre del Neardenthal. Pero, aparte de éstos, el autor, licenciado en Filosofía y discípulo de Javier Muguerza, desgrana con ironía y sarcasmo un catálogo de más de cuatrocientas infracciones públicas y privadas en el Diccionario razonado de vicios, pecados y enfermedades morales (Alianza Editorial), que ahora publica.
Desfilan por el diccionario "desvaríos del espíritu humano" como: el abertzalismo, la altanería, autismo moral, braguetazo, cainismo, erótica del poder, fatuidad, GAL, provincialismo, gorronería, transfuguismo, verborrea y vulgaridad.
Vigil tiene un par de bestias pardas, que se han añadido en los últimos tiempos: el feminismo patológico y el ecologismo. Una de las versiones del primero es aquella que dice: "Como la mujer ha estado explotada y expoliada durante siglos, ahora me toca a mí. Obsérvese que no dice a nosotras, sino a mí, erigida en representante del género... O el feminismo ayatólico: contra violación, castración". Del ecologismo fundamentalista, al que considera una pseudorreligión, parafraseando a Fernando Savater, distingue Vigil entre ecología y ecolatría. Mientras lo primero es una defensa y tutela del equilibrio sostenido, lo segundo "es una perversión del naturalismo".
"Es un ensayo insolente sobre la cantidad de daño que puede crear un imbécil moral bien protegido", dijo el escritor Félix de Azúa al presentar recientemente el libro. "Y al leerlo todos nos vemos reflejados en un lugar u otro, porque todos participamos y somos cómplices de un clima inmoral", añadió Azúa.
Babelia
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