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Fer almoina

JUANJO GARCÍA DEL MORAL El Ayuntamiento de Valencia aprobó el pasado jueves, gracias al inusitado interés del gobierno del PP y, singularmente, de su delegado de Urbanismo, Miquel Domínguez, un convenio con el Arzobispado por el cual la ciudad obtiene el solar arqueológico de l"Almoina a cambio de ceder a la Iglesia seis parcelas. Un singular y desigual trueque que, con no poca razón, la oposición socialista ha calificado como un "expolio" del patrimonio de los valencianos. Vean: el Ayuntamiento adquiere el uso del subsuelo, sólo el subsuelo, del solar de l"Almoina y a cambio cede seis solares de titularidad pública -propiedad de todos los valencianos, que no sólo de los cristianos y mucho menos pertenecientes únicamente a aquellos ciudadanos que se declaran seguidores de la Iglesia católica- que el Plan General destina a servicios públicos. Así, en contra de lo habitual, el Ayuntamiento recibe de la Iglesia una limosna -en valenciano, almoina-. Claro, que es una limosna interesada, por la suculenta y desproporcionada contraprestación que conlleva. Además, como también han dicho los socialistas, hay trampa: para justificar la jugada, el gobierno municipal ha inflado escandalosamente el valor del solar de l"Almoina -recuerden que la expresión valenciana fer almoina significa dar limosna- mientras ha hecho todo lo contrario con las parcelas que a cambio percibirá la Iglesia para construir templos, algo que el PP considera una "necesidad perentoria". El de l"Almoina ha sido tasado con un incremento del 40% de su valor por el hecho de contener restos arqueológicos, cuando todo el mundo sabe que éstos suelen determinar precisamente el efecto contrario: una importante reducción del precio del suelo. Mientras, las parcelas que cede el Ayuntamiento han sido tasadas por menos de la mitad del valor que les confiere el inventario del patrimonio municipal. Con esta singular operación, el PP ha incumplido un acuerdo unánime de 1996 que proponía comprar el solar de l"Almoina. Lo dijo bien claro el edil socialista Rafael Rubio: el PP, Barberá, Domínguez y compañía son libres de contribuir a las obras de la Iglesia, pero que lo hagan con dinero de su bolsillo, y no con el patrimonio de todos los valencianos.

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