Las dudas sobre la muerte del obispo Irurita
La jerarquía eclesiástica ha ordenado la exhumación del cadáver de Manuel Irurita Almándoz, obispo de Barcelona al estallar la sublevación militar de 1936, con el fin de que se le practiquen las pruebas identificatorias de ADN y se despejen las dudas sobre si realmente el cuerpo que se halla enterrado a los pies del Cristo de Lepanto en la catedral de Barcelona corresponde o no al del prelado. La medida se ha tomado ante la larga controversia que rodea el proceso de beatificación de Irurita, de quien hasta ahora se ha dicho que había sido fusilado por los milicianos en diciembre de 1936, pero a quien algunos testigos aseguran haber visto con vida el 28 de enero de 1939, dos días después de la entrada de las tropas de Franco en Barcelona (ver EL PAÍS del 13 de julio de 1997). Las pruebas del ADN se practicaron con el mayor secreto el pasado mes de julio, con la catedral de Barcelona cerrada. Asistieron jueces eclesiásticos y postuladores, media docena de personas vinculadas al proceso, una de las cuales llegó a sugerir un juramento de silencio -que debía afectar a los dos albañiles presentes- para que no trascendieran más detalles acerca de un proceso de beatificación.
Primero hubo sobresalto, porque se extrajo la losa y no aparecía resto alguno, debido a las múltiples obras de que ha sido objeto la catedral de Barcelona.
La exhumación corrió a cargo de una forense de Lleida y de un reputado profesor de Medicina Legal de la Universidad del País Vasco, autor de un concienzudo contrainforme en la autopsia de Lasa y Zabala, dos supuestos etarras asesinados.
Las muestras obtenidas de la exhumación se han cotejado con las de una hermana del prelado enterrada en Valencia, lo que obligó a pedir permiso a las autoridades civiles. El grado de fiabilidad de estas pruebas es de entre un 60% y un 80%, tratándose de tejidos muertos. Según algunas fuentes, ha sido la familia del prelado nacido en la localidad navarra de Larraínzar en 1876 la que ha solicitado que se efectúe la prueba para acabar con la polémica.
Contra el proceso de beatificación, se han alzado voces desde sectores progresistas de la Iglesia catalana que ven en Irurita la antítesis de lo que debe ser un obispo y, en cualquier caso, se muestran partidarios de acabar de una vez por todas con estos procesos de beatificación de mártires de la Cruzada a los que se ha lanzado masivamente el Vaticano durante el pontificado de Juan Pablo II.
La sombra de duda que planea sobre este proceso de beatificación podría despejarse en breve, en cuanto se conozcan los resultados de las pruebas de ADN, cuyas conclusiones son esperadas desde hace ya varias semanas.PASA A LA PÁGINA 5
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.