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El Gobierno guipuzcoano cree que EH usó las pensiones de "excusa" para bloquear las cuentas

Aurora Intxausti

Al Ejecutivo foral guipuzcoano, formado por PNV y EA, no le asusta seguir gobernando en minoría, pero aún está perplejo por el resultado del pleno del miércoles, en el que las cuentas para el año 2000 fueron rechazados por una partida para pensiones de 271 millones de pesetas, el 0,35% del presupuesto de gestión propia. El equipo de Román Sudupe considera que el empeño de EH por esa partida era una simple "excusa" que encubría su voluntad de no cerrar un acuerdo. EH presentará una enmienda en Juntas para intentar conseguir lo que no logró en la negociación. PP y PSE creen que el salario social fue la forma que tuvo EH de decir que quiere entrar en el Gobierno foral.

Los diputados de PNV y EA se han quedado, al menos por el momento, sin poder gestionar el primer presupuesto por completo nacionalista, después de dos legislaturas gobernando en coalición con los socialistas.Veinticuatro horas después de que obligase a devolver las cuentas al Ejecutivo foral, EH le lanzaba ayer un nuevo envite advirtiéndole de que sí en 15 días no presenta una iniciativa para aumentar las pensiones no contributivas en los términos que la colaición abertzale reclamaba (271 millones de pesetas de inmediato), presentará la suya propia en las Juntas Generales. El diputado general, Román Sudupe, está imperiosamente obligado a conseguir aliados para modificar algunas partidas del presupuesto prorrogado, aprobar otras nuevas y evitar que la oposición en bloque saque adelante propuestas no previstas por la coalición gubernamental. El portavoz de EH, Xabier Olano, anunció que su formación no va a negociar con ningún partido, sino que se limitará a presentar la propuesta y a esperar a ver con qué apoyos cuenta.

El grupo de EH quiere que las pensiones no contributivas asciendan a 50.815 pesetas en 14 pagas, una cantidad ligeramente superior a lo que proponía el equipo de gobierno. El teniente de diputado general, Joaquín Villa, de EA, cree que EH usó la cuestión del salario social como una "excusa" para rechazar las cuentas forales y que "no tenía ninguna voluntad política de llegar a un acuerdo". "Lo más fácil", según el dirigente de EA, hubiese sido que EH aceptará la propuesta del Gobierno foral: destinar 271 millones a una bolsa a la espera de la decisión que adopte el Parlamento vasco en el debate en febrero de la Carta de Derechos Sociales, en el que se aprobarán medidas para los más desfavorecidos.

"De haberse aceptado nuestra propuesta", indicó Villa, no se condicionarían los acuerdos parlamentarios y se podrían producir "incrementos homogéneos de las ayudas a los sectores sociales más necesitados".

"Marioneta" de EH

No parece probable que en Vizcaya, donde EH consiguió un acuerdo verbal sobre la cuestión de las pensiones por igual cuantía, éste se aplique de forma inmediata, ya que tanto PNV como EA esperarán al debate del Parlamento vasco para adoptar cualquier decisión.

El portavoz del PP, Íñigo Manrique, tuvo duras palabras para Sudupe, a quien tachó de "marioneta del entorno radical" y de estar a las órdenes de Euskal Herritarrok, "que es quien le indica los ritmos, los plazos y los objetivos". Los guipuzcoanos, según Manrique, "tenemos un doble problema debido a que el Ejecutivo foral disminuye su capacidad inversora del territorio y, por otro, es un mal gestor". El presupuesto presentado por la coalición nacionalista ascendía a 434.000 millones de pesetas -77.234 de gestión real- y destinaba sus partidas más importantes a infraestructuras viarias, servicios sociales y obras hidráulicas.

El portavoz del PP en las Juntas de Guipúzcoa está convencido de que Sudupe ha llevado al territorio al colapso. "Los políticos como el diputado general se aferran al nacionalismo, pero no aciertan a llevar al País Vasco hacia el nuevo milenio", reiteró. Además, le advirtió de que "su tiempo está acabado y pretende entregar el testigo al mundo radical".

Los socialistas creen que la postura de EH se justifica porque "quiere entrar a formar parte del Gobierno foral y para ello está forzando la situación. Quieren gobernar", aseguraron en esa formación política, "y para ello están generando inestabilidad". Según los representantes de este partido, "el tema de las pensiones es un asunto más porque su prioridad es la construcción nacional".

Los partidos de la oposición no desvelaron si en el futuro llegarán o no a acuerdos puntuales con el equipo foral para que algunas de las inversiones previstas en el presupuesto que ha sido devuelto.

Una postura "intransigente y hasta ridícula"

En las dos últimas reuniones que mantuvieron esta misma semana los tres partidos nacionalistas para intentar atar los presupuestos fue cuando Euskal Herritarrok puso sobre la mesa el incremento de las pensiones no contributivas en 271 millones más de lo previsto.En el documento base de trabajo para modificar las cuentas propuestas por la coalición gobernante EH valora el incremento que prevé el Ejecutivo foral, aunque solicita un crecimiento para el futuro. El aumento inmediato que pedía la formación abertzale desconcertó a los negociadores, pero pensaron que se podía reconducir la situación.

En las primeras conversaciones que mantuvieron los tres partidos, EH llegó a pedir que no se pagase el Cupo al Gobierno central, asunto que se desestimó de raíz por inviable. La Diputación foral debía abonar al Ejecutivo central, según los presupuestos elaborados por PNV-EA, 51.038 millones de pesetas, es decir, un 12% de lo recaudado en Guipúzcoa.

Entonces comenzaron a trabajar en otros asuntos hasta llegar a modificar casi el 90% de las cuentas forales. PNV-EA aceptaron destinar 350 millones más de lo previsto al euskera, 64 a Udalbiltza, la asociación de municipios nacionalista, y negociaron la jornada laboral de 35 horas. Además, llegaron al acuerdo de consignar 1.400 millones para retomar la autovía Beasain-Durango entre Ormaiztegi y Zumarraga, 50 millones para el Museo Naval de Pasaia y 40 para las obras de construcción de la réplica de las cuevas de Ekain en Zestoa.

En las dos últimas reuniones, que se celebraron a comienzos de semana, fue imposible, según portavoces del equipo de gobierno, avanzar en las negociaciones, ya que la postura de EH fue "absolutamente intransigente y hasta ridícula". Hubiesen encontrado más lógico si el escollo se hubiese centrado en un tema de infraestructuras, más problemático por cuestiones medioambientales y económicas, y no por una partida de 271 millones de pesetas que se consignaban en una bolsa que podría ser utilizada a futuro.

En un análisis realizado tras los hechos creen que "se cedió más de lo que Euskal Herritarrok pensaba" y que al final esta formación política se vio obligada a buscar una excusa para no aprobar los presupuestos.

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Sobre la firma

Aurora Intxausti
Periodista. Trabajó en EL PAÍS entre 1985 y 2021, tanto en la redacción de el País Vasco como en Madrid. Cree que es difícil encontrar una ciudad más bonita que San Sebastián.

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