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La policía investiga si los dos detenidos en Pamplona formaban un "comando" etarra

La policía continuaba ayer analizando la composición de la potente bomba cuyo estallido fortuito en el interior del automóvil en que era transportada permitió la detención el miércoles en Pamplona de los presuntos colaboradores de ETA Joseba Miren Sainz de la Higuera, El Abuelo, y Sergio Medina Azanza, ambos con antecedentes policiales. La composición del artefacto se considera decisiva para aclarar si ambos formaban parte de un grupo Y o si poseían material explosivo propio de los comandos de la banda terrorista.

Sainz de la Higuera, de 52 años, y Medina, de 23, permanecían ayer en situación de detención incomunicada por orden de la juez de la Audiencia Nacional Teresa Palacios, ante la que el primero de ellos, considerado por la policía uno de los principales responsables de los grupos Y de apoyo a ETA en Navarra, comparecerá hoy mismo. Medina se recupera mientras de las quemaduras en la espalda que le produjo la explosión de la bomba y ayer permanecía ingresado en el Hospital de Navarra bajo una fuerte custodia policial.El Abuelo, que huyó del lugar de la explosión, fue detenido a última hora de la tarde del miércoles cuando acudía al Palacio de Justicia de Navarra con su abogado para prestar declaración voluntariamente al saber que estaba siendo buscado por la policía. Sainz de la Higuera salió de la cárcel en libertad provisional el pasado octubre, tras cumplir una condena de tres años por lanzar cócteles mólotov contra la Policía. Debía presentarse ante el juzgado regularmente.

En el sumario de la Audiencia Nacional en el que se le acusa de coordinar a los grupos Y de Navarra, el fiscal señala que Sainz de la Higuera reclutó entre 1994 y 1997 a jóvenes para "coadyuvar a los fines de ETA mediante la provocación de desperfectos, incendios y explosiones", reivindicaba las acciones en el diario Egin y facilitaba los medios para las mismas. En la causa judicial se solicitan un total de 56 años de cárcel para El Abuelo y 579 en conjunto para 26 presuntos integrantes de esos grupos del País Vasco y Navarra por numerosos actos violentos.

La investigación quiere ahora desentrañar también si el objetivo de la acción terrorista que intentaban los dos detenidos se encontraba en la zona donde ocurrieron los hechos, el barrio de Ermitagaña de Pamplona.

Entretanto, dos cócteles mólotov fueron arrojados la noche del jueves en la localidad navarra de Zizur Mayor contra la fachada de un chalé. Los artefactos provocaron un pequeño incendio.

En el Ayuntamiento de Pamplona, la alcaldesa, Yolanda Barcina, de UPN, se vio obligada ayer a suspender el pleno y ordenar el desalojo de la sala de una treintena de personas que exhibían pancartas y coreaba gritos de apoyo a los presos etarras. Los cinco concejales pamploneses de EH abandonaron también la sesión, pese a que la alcaldesa no ordenó su expulsión. Los ediles habían mostrado igualmente pancartas en favor del acercamiento de los reclusos.

En la localidad vizcaína de Getxo, en cambio, fueron los ediles del PP y el PSE los que abandonaron el pleno municipal tras desplegar parte del público asistente pancartas en favor de los presos de la banda y ante la negativa del alcalde, el peneuvista Iñaki Zarraoa, de ordenar su retirada, informa Vasco Press. Populares y socialistas criticaron la actitud del primer edil por su "complicidad", "entreguismo" y "sintonía" con la estrategia de EH.

Amenazas

Por otra parte, el Ayuntamiento de Bergara ha condenado las amenazas de muerte que ha sufrido el edil socialista del municipio Álvaro Esparza. Junto a su vehículo particular alguien dibujó el 24 de diciembre una silueta que simulaba un cadáver y en las paredes, escritos en los que se pedía a ETA que le matase. Pintadas del mismo cariz han sido realizadas en los últimos días en los portales de las viviendas de algunos concejales socialistas del Ayuntamiento de San Sebastián.

Finalmente, el presidente del PP de la comarca alavesa de Ayala, Santiago Abascal, criticó ayer el acoso al que están sometidos los cargos de su formación en esa zona desde que ETA anunció el final de la tregua. Abascal es juntero del PP por esa comarca, cuyas dos poblaciones principales son Llodio y Amurrio, y ha sufrido este año dos ataques, uno el 19 de febrero y otro el 14 de agosto, contra su comercio en Amurrio, uno de los cuales produjo daños por 19 millones de pesetas.

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