Joanne Harris narra la búsqueda interior en su novela 'Vino mágico'

Botellas de vino con memoria y voz propia, un jardín fantástico, alquimia y amuletos, un protagonista que habita un territorio entre la realidad y la ficción. Todos estos ingredientes se entremezclan en Vino mágico (Grijalbo), la novela de la escritora Joanne Harris que se acaba de publicar en España. El libro es una continuación de su anterior novela, la exitosa Chocolate; aunque funcionan de modo independiente, ambas obras tienen la huella de un ambiente mágico en el que la autora se siente verdaderamente cómoda. "Me gusta escribir cuentos para adultos, creo que a la literatura de adultos le falta irrealidad", afirma.No es una aseveración caprichosa, sino el fruto de un principio que estimula la creación literaria de Harris. "La literatura me da la posibilidad de meterme en la piel de otros y apurar mi imaginación. Es como un vehículo para viajar por todo, hacer las cosas que no pueden hacerse, ver aquello que no puede verse", afirma. En Vino mágico se narra justamente un viaje, físico y metafórico: el peregrinaje hacia la búsqueda de sí mismo de uno de los protagonistas. La novela está escrita en dos planos: un pasado que la autora sitúa 20 años atrás y el presente, y narra la relación entre un adolescente víctima del divorcio de sus padres y un hombre raro y extravagante que se convierte en su mentor, en esa figura paterna de la que el joven carece. La repentina desaparición del hombre deja al adolescente en el más absoluto desamparo, interrumpe su proceso de maduración, y acabará empujándole a ese viaje de autodescubrimiento que vertebra el libro.

"Me interesaba escribir acerca de la adolescencia, de las influencias de gente adulta en un muchacho que está madurando", explica la escritora, que ha recurrido al territorio de su propia infancia para dar forma al libro. "El mentor, el guru, es mi propio abuelo, que ejerció una gran influencia sobre mí. Sólo he tenido que copiar su físico, su propia forma de ser y de pensar", reconoce la autora.