Los aviones de EEUU tendrán asientos especiales para niños
Debate sobre si los padres o las compañías deben aportar las sillas
En los próximos meses las autoridades de aviación de EEUU impondrán nuevas normas para que los niños más pequeños viajen en asientos especiales en todos los aviones de este país. Hasta ahora los menores de dos años viajan en brazos de un adulto, sin ningún sistema especial de sujeción. Con las nuevas regulaciones los niños deberán viajar en sillas para su tamaño instaladas sobre los asientos convencionales. Según Jane Garvey, al frente de la Administración Federal de Aviación (la máxima autoridad aérea en EEUU), en todos los aviones de compañías estadounidenses "será obligatorio el uso de sillas infantiles de sujeción para que los niños estén tan seguros como los adultos".Durante una conferencia sobre seguridad aérea celebrada en Washington, los responsables de la aviación anunciaron que las normativas están en fase de estudio para que se puedan aplicar el próximo año. Jim Hall, presidente del Comité de Seguridad Nacional en el Transporte, se lamentó por la paradoja de que en los aviones "haya sistemas de seguridad para que los adultos, el equipaje y los recipientes del café estén a salvo en los despegues, aterrizajes y turbulencias, y que sin embargo los niños viajen sin mecanismos de sujeción". La nueva regulación responde a varias iniciativas impulsadas por la Casa Blanca, pero plantea cuestiones de difícil resolución.
Por un lado, siempre que ha surgido la polémica de la falta de seguridad con la que viajan los niños, las líneas aéreas se han negado la posibilidad de instalar sillas especiales porque eso obligaría a los padres a pagar un billete más por cada asiento infantil. Las compañías temen que se desate una fuga de viajeros con niños hacia el coche en las distancias cortas o medias. Un estudio de expertos en seguridad avala esa teoría: exigir a los padres el pago de un billete por los niños pequeños les inclina más hacia el uso del coche, con lo que aumenta en realidad el riesgo para el niño. Las estadísticas demuestran que las posibilidades de un accidente en coche son astronómicamente superiores al riesgo en el avión.
Otro debate en la redacción de la normativa es el que se refiere al tipo de asiento. ¿Deben aportarlo los adultos que viajan con él o deben ser facilitados por las líneas aéreas? La Administración Federal de Aviación se inclina por que los fabricantes de las sillas infantiles para coches homologuen su diseño con los asientos de los aviones de manera que sirvan para ambos usos.
Compañías pioneras
Según Candance Kolander, portavoz de la Asociación de Auxiliares de Vuelo, sería mejor que fueran los padres los que llevaran la silla de los niños "porque ellos conocen mejor el funcionamiento y la instalación de cada modelo". Los responsables de las líneas aéreas coinciden. Ron Weilding, portavoz de la Asociación de Transporte Aéreo, que representa a las compañías más importantes, opina que "los niños están acostumbrados a su silla, y el entorno para ellos es más familiar, aunque la situación sea diferente".
Actualmente sólo la compañía Virgin Atlantic ofrece sillas para los niños de entre 6 y 24 meses. La australiana Qantas también proporciona asientos especiales en los vuelos domésticos. Las normativas aéreas de la mayoría de los países obligan a los adultos a llevar sujetos a los niños a su cinturón de seguridad con una extensión que los retiene por la cintura. Este sistema está prohibido en EEUU porque puede presentar otros problemas de seguridad. En este país ya se permite a los padres en los aviones el uso de las sillas infantiles para coches.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.