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El romanó, en peligro

Amaya Iríbar

Una joven gitana pidió la palabra en un congreso celebrado hace unas semanas para afirmar que tanto ella como sus seis hermanos tenían estudios universitarios. La anécdota la cuenta un profesor madrileño que trabaja en programas de compensación dirigidos a las minorías -gitanos, pero también a superdotados o inmigrantes- para explicar que el pueblo gitano también está cambiando. Unión Romaní calcula que sólo en Andalucía 300 gitanos estudian una carrera universitaria. Algunos cambios no son, sin embargo, tan buenos como éste. Su propio idioma, el romanó, está en peligro, en parte por la falta de políticas activas para preservarlo, subraya el informe elaborado por la subcomisión del Congreso de los Diputados que ha estudiado la cuestión gitana.No hay datos de cuántos gitanos preservan su propia lengua, pero un estudio de Médicos del Mundo realizado sobre la población chabolista gitana asegura que sólo el 17% la utiliza.

Más información
Un informe del Congreso revela que el 95% de la población chabolista de España es gitana

El texto recoge otro dato preocupante. El 60% de los niños gitanos faltan regularmente a clase y muchos abandonan de forma prematura los estudios. Esta cifra contrasta con el avance que se ha producido en su escolarización en los últimos años. Incluso entre la población marginal. El estudio de Médicos del Mundo asegura que el 61% de los pequeños están escolarizados, si bien lo dejan a una edad media de 10,8 años. Fuentes de la Comunidad de Madrid elevan la edad media a los 14 años.

Otro asunto pendiente en materia educativa es potenciar los contenidos relacionados con sus tradiciones. La normativa recoge el respeto a las minorías, pero en el caso de los gitanos no se ha traducido en una presencia explícita. El mayor reto en este terreno es acabar con los estereotipos que identifican a los gitanos con la pobreza, las drogas o la delincuencia, reconocen fuentes educativas. Y que impiden ver que algunos gitanos, un grupo reducido pero en crecimiento según el informe del Congreso, ha logrado ser funcionario, administrativo o tiene su pequeño comercio.

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Sobre la firma

Amaya Iríbar
Redactora jefa de Fin de Semana desde 2017. Antes estuvo al frente de la sección de Deportes y fue redactora de Sociedad y de Negocios. Está especializada en gimnasia y ha cubierto para EL PAÍS dos Juegos Olímpicos y varios europeos y mundiales de atletismo. Es licenciada en Ciencias Políticas y tiene el Máster de periodismo de EL PAÍS.

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