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El administrador del Atlético será asistido por seis inspectores de Hacienda

Jesús Gil cumplió ayer en la Audiencia Nacional con el trámite de su destitución como presidente del Atlético de Madrid: entregó la documentación requerida por el juez Manuel García Castellón, recibió el auto de intervención judicial del club y quedó citado formalmente como imputado para el próximo 10 de enero. El juez, con el que no se vio, le autorizó a seguir asistiendo al Vicente Calderón para presenciar los partidos del equipo. Luis Manuel Rubí Blanc, el administrador judicial del club, solicitó colaboración a la Agencia Tributaria en su nueva tarea y ésta le asignó seis inspectores de Hacienda.

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Rubí Blanc quiso rodearse de un equipo de trabajo fiable, de su más absoluta confianza, para desempeñar la tarea que tiene asignada en el Atlético hasta el 31 de marzo. Por eso, a través del juez, solicitó ayuda a la Agencia Tributaria, que atendió su petición: le fueron asignados seis inspectores de Hacienda. A Miguel Ángel Gil Marín, el director general del Atlético, y su equipo, pese a que no han sido formalmente destituidos, no les queda margen para maniobrar dentro del club. Tampoco, claro, a Jesús Gil, que ayer formalizó su salida de la presidencia del Atlético.Gil compareció en la Audiencia Nacional acompañado de su abogado, Horacio Oliva, para hacer entrega de las copias de las escrituras notariales de apoderamiento, el documento de transformación del club en sociedad anónima deportiva y los títulos de sus acciones del club secuestradas y embargadas por el juez García Castellón. En la secretaría del juzgado le notificaron formalmente el auto de intervención judicial del Atlético y su destitución como presidente. También quedó citado para comparecer, en calidad de imputado y acompañado de abogado, el 10 de enero a las 10.30 horas.

Pero antes, el próximo día 30, el juez llamará como testigos a los cuatro supuestos jugadores con cuyos derechos, según el auto, Gil saldó con el Atlético los 2.700 millones de pesetas que reconocía deber al club. Se trata del nigeriano Lawall (del filial de Segunda), el brasileño Maximiliano, el senegalés Mbnegue y el angoleño Djana, al que finalmente se ha localizado jugando en el Rayo Majadahonda, de Regional Preferente, y al que Gil tasó, según el fiscal, en 350 millones de pesetas. Para establecer la situación de estos jugadores, el juez ofició ayer a la Subdirección General de Asilo y al comisario de la Brigada de Extranjería que le remitan las solicitudes de asilo político, permisos de residencia u otros expedientes que les afecten.

El juez también acordó nuevas citaciones como imputados: para el 10 de enero al ex vicepresidente del Atlético Enrique Cerezo; para el 11, a Miguel Ángel Gil Marín, el director general; para el 12, a los auditores Pablo de Castro y Luis Gonzalo Pérez, y al ex teniente de alcalde de Marbella Pedro Román. El 13 de enero comparecerán: Clemente Villaverde, gerente del Atlético, Francisco José Alarcón, socio de Gil, y el hijo de éste, Jesús Gil Marín, que fue alcalde de Estepona. El 14 de enero declararán, pero en calidad de testigos, los ex secretarios de Estado para el Deporte Javier Gómez Navarro y Rafael Cortés Elvira, y el presidente de la Liga de Fútbol Profesional, Antonio Baró.

"Hay que saber vivir en cada situación", filosofó el ex presidente del Atlético a la salida. "Mis poderes han sido tomados por un administrador judicial", continuó, "y a mí me pueden meter en la cárcel, me pueden llamar mafioso, narcotraficante, de todo; pero lo importante es que entre todos tenemos que evitar que desaparezca el Atlético". En tono apesadumbrado, Gil prosiguió: "Han ido a darme directamente en el centro de mi corazón. Para mí el Atlético es mi símbolo, mi vida, no un negocio".

Asumiendo su situación de imputado, Gil aseguró que tenía "muchas ganas" de conocer al juez y prestar declaración, con la documentación que tiene preparada. "Lo único que pido es que se me permita defenderme y que la sentencia la dicte quien corresponda y no los medios de comunicación, porque esto ha sido una condena pública".

Lo que Gil podrá seguir haciendo es acudir al Vicente Calderón a presenciar desde el palco los partidos del Atlético.

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