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Ahmed desea acreditar que existe

En la provincia de Almería hay unos 14.000 inmigrantes africanos regularizados. Pero junto a estos conviven entre 3.500 y 4.000 extranjeros indocumentados. Todos se podrán beneficiar de la aprobación de la nueva Ley de Extranjería, en la que el PP no ha logrado introducir unas enmiendas que habrían dado al traste con el texto consensuado por todos los partidos políticos después de 18 meses de trabajo. Algunos de los indocumentados podrán acreditar que llevan dos años residiendo en España y acceder así a una regularización automática. Pero para otros, demostrarlo es prácticamente imposible.Ahmed K. tiene 25 años y hace ya tres que abandonó Marruecos y llegó a España en busca de un trabajo que le permitiera soñar con la garantía de un futuro digno. No ha tenido mucha suerte: trabaja cuando puede en los invernaderos almerienses, malvive con otros compatriotas en un asentamiento al que sería generoso calificar de precario y no tiene papeles.

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La aprobación de la nueva Ley de Extranjería podría abrir una ventana de esperanza para acertar con el camino del futuro que vino buscando. Pero siempre y cuando pudiera demostrar que lleva dos años seguidos en el país y que cuenta con medios para subsistir. Eso le permitiría acogerse a la regularización automática que se contempla en la reforma de la Ley de Extranjería de 1985.

Sin embargo, Ahmed no tiene nada con lo que acreditar el tiempo que lleva trabajando en España. Por no tener, no tiene ni información adecuada sobre las posibilidades que ofrece la nueva ley, de la que apenas ha oido hablar.

Atención médica

"No cuenta en el banco. No el mismo jefe siempre. Unas veces en un invernadero, otros meses en otro", chapurrea en un pobre castellano, mientras, protegiéndose del frío con una gorra de lana del Real Madrid, muestra unos papeles que certifican que ha recibido atención médica. Fue hace apenas dos meses. Eso tampoco acredita que su estancia en Almería sea bastante anterior.

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En la provincia, aunque nadie se atreve a facilitar ninguna cifra, ni siquiera aproximada, hay cientos de inmigrantes que no tendrían excesivos problemas para demostrar que su estancia en España supera los dos años y que cuentan con un trabajo para mantenerse.

Pero hay también un colectivo nada desdeñable de personas que, a pesar de llevar viviendo aquí más tiempo del que establece la nueva ley para acceder a la regularización automática, no pueden ofrecer nada que acredite esa realidad. Excepto su palabra. En este último grupo está Ahmed.

La aprobación de la nueva ley ha sido bien acogida. Pero, como advierte el director de Almería-Acoge, Juan Miralles, aún no se pueden lanzar las campanas al vuelo: "La ley aprobada demuestra que ha existido coherencia política. Habría sido un desastre que hubieran primado intereses políticos ajenos a esta ley. Pero no se pueden lanzar las campanas al vuelo. Aún no sabemos cuál será el desarrollo reglamentario de la ley, y si no se hace acorde con el texto aprobado, esta reforma no irá a ningún sitio".

Para Juan Miralles es imprescindible que el PP abandone su actual postura. "No pueden seguir alarmando a la población y tergiversando la realidad, diciendo que con esta nueva ley llegarán más inmigrantes o empeorará la situación de los que ya están aquí".

Probablemente la situación no empeorará. Pero la falta de información provocará que para muchos todo siga igual. Ése será el caso de Ahmed, un ciudadano extranjero residente en España que no puede acreditar que existe.

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