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La Policía Municipal expedienta a 10 bares de Moncloa por vender alcohol en la fiesta estudiantil

La Policía Municipal ha abierto expediente a 10 bares de Moncloa que abrieron ayer por la mañana, durante la tradicional celebración estudiantil de comienzo de vacaciones de Navidad, y supuestamente vendieron alcohol a menores, algo que está prohibido. Miles de estudiantes se concentraron junto a estos locales durante toda la jornada para festejar el fin de las clases. El Samur tuvo que auxiliar a 17 jóvenes por intoxicación etílica, dos de ellos menores. Los incidentes más graves sucedieron cuando la policía cargó contra un grupo de estudiantes del Ramiro de Maetzu que cortó la Castellana.

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"¡Beben y beben y vuelven a beber!"

La Policía Municipal y la Policía Nacional desplegaron ayer a medio millar de agentes en las calles de Madrid mientras los estudiantes tomaban las calles del Centro y Moncloa. En la plaza Mayor, los jóvenes eran cacheados cuando entraban en el recinto porticado. Los estudiantes flanqueaban sin problemas los controles, ya que no guardaban ni bebidas alcohólicas ni aerosoles de espuma.Muchos de los adolescentes prefirieron marcharse a las zonas de copas de Moncloa. Allí había inmensas colas para entrar en varias discotecas. En el parque del Oeste, cientos de jóvenes brindaban sobre el césped con recipientes de un litro de capacidad repletos de alcohol.

La zona verde de Moncloa era el lugar preferido por los alumnos para reunirse tras el inicio de las vacaciones de Navidad: "Es un día muy especial, con mucha tradición", contaba una joven. En ese lugar era constante el ir y venir de chicos que compraban alcohol en grandes cantidades. "Aquí llevamos vodka, martini y vino. Seguro que nos alcanza para todo el día", contaba, entre risas, un grupo de jóvenes. Sólo eran las dos de la tarde. Un furgón policial vigilaba a los estudiantes.

Varias unidades de la Policía Municipal inspeccionaron los bares de Moncloa y encontraron irregularidades en diez de ellos. La infracción más repetida era el exceso de aforo. También hallaron a numerosos menores en varios locales.

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Según la Policía Municipal, en las dependencias de Moncloa se recibieron numerosas quejas de vecinos por el ruido que surgía de las discotecas.

Más trabajo tuvo la Policía Nacional para controlar a los alborotadores estudiantiles del instituto Ramiro de Maeztu, que cortaron varias calles y arrojaron huevos a varios vehículos, según la Jefatura Superior de Policía.

Los alumnos del Ramiro celebaron sin sobresaltos la fiesta de vacaciones hasta el mediodía. Hasta esa hora la juerga navideña había transcurrido en completa calma.

Un grupo de unos 20 estudiantes avanzó hacia la Castellana y cortó el tráfico. La policía trató de impedir que dificultasen la circuación, pero no lo consiguió. Los agentes de la Unidad de Intervención Policial cargaron contra los estudiantes, según la Policía Municipal y la Jefatura Superior de Policía. Ningún estudiante fue detenido pese a que volvieron a obstaculizar el paso de coches al tiempo que lanzaban huevos contra algunos automovilistas, según un portavoz de la Policía Municipal de Madrid.

Otros estudiantes celebraron su fiesta dentro del instituto sin tener noticias de los incidentes que ocurrían fuera: "Aquí normalmente se hace una fiesta que llamamos de la demencia, pero yo este año no he oído nada", decía Marta, una chica que a media mañana no se había enterado de la juerga que planeaban sus compañeros. El ambiente no parecía festivo en los alrededores del colegio: "Ahora mismo hay un acto con unos coros, pero yo creo que la fiesta grande será por la noche", contaba otra estudiante. A lo largo de la jornada, el alcohol tumbó a 28 jóvenes, dos de ellos menores de edad, según el Samur y el 061 del Insalud. Seis de los chicos acabaron hospitalizados por el Samur a causa de intoxicaciones etílicas.

Emilio Benito, portavoz del Samur, explicó que la mayoría de las intervenciones se registraron entre las 13.30 y las 14.30.

Ninguno de estos casos se produjo en la plaza Mayor, tradicional lugar de concentración de los jóvenes madrileños en el comienzo de las vacaciones navideñas.

El año pasado, el Samur tuvo más trabajo y atendió a 42 jóvenes por borracheras. Emilio de Benito agregó que ya en 1998 se produjo un curioso fenómeno: "Nos llamó mucho la atención el hecho de que no tuviéramos que atender ninguna urgencia de este tipo en la plaza Mayor, cuando otros años habían sido numerosas". Esta mejora se debe, según Benito, al control riguroso de la venta de bebidas alcohólicas a menores en esta zona de la ciudad.

La Policía Municipal contabilizó ayer una decena de reyertas juveniles sin heridos graves. La trifulca mayor se produjo en la Gran Vía, cuando discutieron dos grupos de jóvenes. Uno de ellos lanzó una botella de cristal contra otro joven sin causarle heridas.

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