Tom Jones lamenta que los músicos de su generación estén anclados en el pasado

Tom Jones es un hombre que emite fuerza. Su sola presencia, sus primeras palabras, hasta el resoplido que da al sentarse en el sofá, advierten ya que uno se encuentra ante alguien que dejaría el mítico grito de Tarzán convertido en el maullido de un minino. Pero no es sólo su inconfundible voz lo que le ha devuelto al éxito profesional. Ha tenido el acierto de elegir para su último disco de duetos, Reload, a algunas de las figuras más inteligentes del pop internacional. "Los músicos de mi generación no han sabido reciclar sus carreras", dijo ayer en Madrid.

Hace muchos años que Tom Jones no actúa en España, "simplemente porque ninguno de los promotores españoles ha podido llegar a un acuerdo con mi manager", explica el cantante galés. "Lo mismo pasa con Italia y Portugal, y son una excepción, porque yo estoy en constante gira por escenarios de todo el mundo".Sin embargo, un reducido grupo de afortunados pudo ser testigo, el lunes en la madrugada, de una improvisada sesión de blues en la que Tom Jones se animó a cantar durante una hora, en un pequeño local del centro de Madrid. "Me apeteció hacerlo y la pasé muy bien", dijo ayer a mediodía, con pocas señas de cansancio.

Apareció vestido completamente de negro, con el pelo azabache, la piel reluciente y morena, sospechosamente lisa para su edad, y con las manos adornadas con varios anillos y una pulsera de oro con diamantes. Atento y amable, Tom Jones dice que es la música lo que lo conserva en forma.

Reconversión

Su reconversión, después del éxito que tuvo en los años sesenta y principios de los setenta y el posterior olvido en el que cayó, se debe a la versión que en 1988 hizo de Kiss, la canción de Prince, con el grupo The Art of Noise. "A partir de ese momento me di cuenta de que era lo que había estado buscando durante mucho tiempo", dice. "Yo seguía actuando en Las Vegas, y ya incluía Kiss en mi repertorio, pero hacía falta un aire más moderno y los arreglos dieron en el clavo", afirma

Sólo que la fórmula tiene un elemento más. La selección de los grupos y cantantes, entre los más interesante del pop-rock actual, le hizo ganar un público entre las nuevas generaciones. Entre ellos se cuentan Portishead, Natalie Imbruglia, Robbie Williams, Barn Naked Ladies, The Cardigans, Cerys Matthews la cantante del grupo Catatonia, pero también The Pretenders, Van Morrison y el James Taylor Quartet, entre otros. "Lo que quería era acercarme a músicos inteligentes, que no estuvieran en la línea del pop más comercial. Hay algunos que no son demasiado conocidos en todo el mundo, como Cardigans, Natalie Imbruglia o Barn Naked Ladies, y las tres bandas galesas, Manic Street Preachers, Catatonia y Stereophonics, que pertenecen a la escena alternativa. Me gusta mucho lo que hacen", dice.

Lo que ganó Tom Jones con esto es credibilidad como cantante, algo que otros artistas de su generación, con intención de reciclarse, no han logrado. "Siguen anclados en los años sesenta. Intentan seguir grabando de la misma manera, con el mismo tipo de producción, los mismos músicos y las viejas canciones. No quieren cambiar o simplemente no pueden adaptarse a la nueva música. No soportan las canciones que escuchan sus hijos, que es lo que le pasaba a mis padres conmigo cuando era un adolescente y me gustaba el rock and roll".

"Yo nunca quise que me pasara eso y creo que a los verdaderos músicos no les sucede. Cuando era joven, en mi pueblo, los músicos aficionados de jazz rechazaban el rock and roll. Pero cuando años después conocí a Count Basie, a Duke Ellington y a otros, vi que ellos no pensaban así. No tenían prejuicios musicales. Reconocían el talento cuando lo escuchaban. Yo siempre he estado al tanto de lo que se hacía en música", dice.

Aparte del repertorio renovado y la voz, Tom Jones se ha preocupado de mantener su físico a la altura de las circunstancias. "Es la música lo que me conserva así, la música y la actitud ante ella. Si tienes la suerte de dedicarte a lo que te gusta, te mantienes vivo y te sientes bien contigo mismo", afirma.

Pero es que Tom Jones no sólo es un intérprete; es un personaje. En sus apariciones en televisión (El príncipe de Belair, Los Simpson) y el cine (Mars Attack) siempre hace de sí mismo. "Cuando Sean Connery dejó de hacer James Bond se barajó mi nombre para sucederlo, pero pensaron que la gente nunca iba a identificarme con el personaje, sólo conmigo", explica. "Y no me importa, mi primer amor es la música".

"Durante muchos años, sin discos nuevos, se me veía como un artista algo anticuado, que cantaba en Las Vegas. Esas apariciones quizá rompieron esa imagen, además del nuevo giro de mi carrera. No fue una estrategia pensada, pero resultó".

Continuador de Elvis

Se ha comparado con frecuencia a Tom Jones con Elvis Presley, de quien fue amigo muchos años. Jones no duda de que El Rey habría seguido un camino similar al suyo. "En sus últimos años Elvis repetía el mismo espectáculo, y se aburría, se volvió perezoso. No encontraba cosas nuevas que lo estimularan. Lamentablemente siguió así hasta el final, pero a él le hubiera gustado dar un cambio como el mío", recuerda.

"Cuando yo empecé en los años sesenta, Elvis tenía la idea de que se había acabado la época de los cantantes de rock y sólo había lugar para las bandas. Yo le devolví la esperanza y me lo dijo. Ése es el espíritu original del rock que yo sigo manteniendo. Él y yo hablamos mucho de esto, nos gustaba la misma música y coincidíamos, sin consultarnos, aun estando en distintos países. De alguna manera, me considero su continuador, éramos muy parecidos".

Otro músico,otro personaje, con el que Tom Jones ha colabroado con frecuencia es Van Morrison. "Es bastante raro como persona, sobre todo si no te tomas el trabajo de entenderlo. Es un hombre de pocas palabras, pero él y yo nos comprendemos bastante bien. Impone mucho a sus músicos y no siempre sabe explicar qué es lo que espera de ellos".