Cintas manipuladas

Germán García, controlador de la torre de Lanzarote, único imputado en el caso, y el capitán Wayne B., que pilotaba un Boeing 757 de la compañía británica Air 2000, han reconocido ante la juez de Arrecife Olga Bautista que la transcripción de las cintas de las conversaciones que mantuvieron instantes antes del accidente están incompletas.Las cintas estuvieron bajo la custodia del jefe de la torre de control de Lanzarote desde el día del accidente, el 28 de agosto de 1998, hasta el 30 de ese mismo mes, en que se efectuó la transcripción, copia y precintado de las mismas ante el instructor y el secretario del juzgado número 1 de Arrecife que investiga el caso. A juicio de Guido Fernández Lañas, investigador autorizado de accidentes aéreos, este hecho puede constituir un delito de obstrucción a la justicia y ocultación de pruebas. En un informe aportado a la causa por la familia del piloto fallecido, este técnico responsabiliza del accidente a la torre de control. El controlador declaró en el juzgado no ser responsable del siniestro.

Manuel Roca, abogado de la familia del piloto, dice que cuando se escucharon las cintas en el juzgado descubrieron que aparecían más frases que las transcritas. El piloto inglés añadió que en la cinta faltan diálogos que mantuvo con la torre sobre la presencia de la avioneta siniestrada.

Junto a José Antonio Roca fallecieron Azucena Ruiz, María Ángeles López y José Javier Viana.