Aplazado el juicio del 'caso Lasa-Zabala' al acudir el ex cabo Bayo en calzoncillos y sedado
El juicio por el caso Lasa-Zabala se suspendió ayer nada más iniciarse debido a que uno de los principales procesados, el ex cabo de la Guardia Civil Felipe Bayo, para el que el fiscal solicita 90 años de cárcel, fue conducido desde la prisión militar de Alcalá de Henares en calzoncillos y camiseta y fuertemente sedado. El tribunal ordenó su ingreso en un hospital civil e instó una investigación al Ministerio de Defensa, por sospechar que Bayo fue medicado poco después de que la Audiencia Nacional ordenase al director de la prisión que trasladase al preso para ser examinado por los forenses.
Bayo, al igual que el ex sargento Enrique Dorado Villalobos llevan en prisión preventiva desde el 20 de mayo de 1996, por lo que cumplirán el máximo periodo de encarcelamiento preventivo, que es de cuatro años, el 20 de mayo del 2000, fecha en la que deberán ser inexcusablemente puestos en libertad si antes no se ha celebrado el juicio.La vista estaba señalada para las diez y media de la mañana, pero una hora antes el tribunal recibió un fax de la prisión militar de Alcalá de Henares en el que se informaba de que Bayo padecía una lumbalgia y que no podría ser trasladado a la Audiencia Nacional. Los magistrados, reunidos de inmediato, acordaron que el secretario llamase por teléfono al centro penitenciario y ordenase que se llevase al preso a la Audiencia para ser examinado por los forenses.
Bayo ya había intentado suspender la vista en ocasiones anteriores alegando que está aquejado de depresión y fuertemente medicado, pero los forenses le examinaron la semana pasada y determinaron que el ex agente de Intxaurrondo estaba en condiciones de declarar.
Tras conocer que iba a ser trasladado, el preso alegó que tenía fuertes dolores como consecuencia de la lumbalgia que padeció el domingo y de la que estaba siendo tratado. Además de la medicación que ya recibe para la depresión, la teniente médico de guardia le administró 1,5 gramos de Trankimacin, un antidepresivo y calmante, y una ampolla de Nolotil, lo que le sumió en un estado de postración.
Bayo fue trasladado en ambulancia a la Audiencia Nacional, donde fue examinado por los tres forenses de la institución. Éstos elaboraron un informe en el que señalaban que el procesado estaba muy sedado, con hipotonía muscular y pulso débil. Aconsejaban asimismo que fuera trasladado a un hospital civil con unidad psiquiátrica y concluían que el acusado no estaba "en condiciones psíquicas y físicas para su asistencia al juicio". A esas horas el inicio del proceso se había demorado ya dos horas.
El fiscal jefe de la Audiencia Nacional, Eduardo Fungairiño, y las acusaciones particular y popular solicitaron la continuación de la vista, mientras que las defensas de los procesados solicitaron la suspensión del juicio. El tribunal acordó el traslado de Bayo a un hospital civil controlado por un órgano penitenciario ordinario, no militar, y aplazaron el juicio hasta hoy.
Al mismo tiempo, el tribunal instó al Ministerio de Defensa a investigar las conductas que impidieron el inicio normal del juicio. El presidente mostró su especial irritación por el hecho de que Bayo hubiera sido trasladado a la Audiencia Nacional en "paños menores". Fuentes del citado tribunal señalaron que el Trankimacín le fue suministrado a las 9.45 horas, después de que la Audiencia Nacional reclamase su presencia y que Bayo vestía únicamente camiseta y calzoncillos.
Fuentes de Defensa aseguraron ayer que Bayo fue visitado el sábado por su abogado, Ángel López Montero, y que se quejó el domingo de fuertes dolores en la región lumbar. Examinado por el médico de guardia en dos ocasiones, fue trasladado por la tarde al Hospital Militar Gómez Ulla, donde el neurocirujano de guardia, entre las 19.30 y 20.30 horas, le diagnosticó una lumbociática en el lado izquierdo y le recetó tratamiento ambulatorio consistente en un relajante muscular (Miolastán), un complejo vitamínico, corticoides y un protector estomacal, informa Miguel González.
A las 20.45 del domingo llamó su abogado al médico, quien se negó a facilitarle información telefónica, indicándole que la reclamase por el conducto adecuado. El tratamiento que se le recetó, según Defensa, es muy suave y compatible con las nueve pastillas que toma diariamente por indicación de los dos psiquiatras que le atienden en la prisión.
Ayer, según las mismas fuentes, Bayo dijo que no podía moverse, por lo que el director de la prisión militar de Alcalá de Henares, llamó al tribunal y el secretario le dijo que debía trasladar a Bayo para que fuera examinado por los forenses y determinasen si el procesado estaba en condiciones de declarar. El director de la prisión de Alcalá ordenó que Bayo fuese trasladado a la Audiencia Nacional en una ambulancia.
El juicio se reanuda hoy, pero persisten las mismas dudas de que Bayo comparezca en condiciones de asistir a juicio o que se produzca otra nueva dilación.
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