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Homenaje al abogado González

El ex presidente del Gobierno recibe el reconocimiento de un pueblo de Cádiz por su trabajo en un litigio

El abogado Felipe González, también ex presidente del Gobierno, recibió ayer por segunda vez la medalla de oro y la designación como hijo adoptivo de Castellar de la Frontera (Cádiz) por sus oficios como letrado en la recuperación para este municipio de una finca propiedad de la otrora poderosa Rumasa. González, ante un millar de vecinos de la localidad gaditana, recordó el "emocionante" episodio que supuso litigar en 1981 contra el empresario José María Ruiz Mateos, un año antes de ganar las elecciones generales que abrieron paso a su etapa de gobierno.La intervención del entonces líder del PSOE como abogado respondía a una clásica pugna entre un gran propietario latifundista y los vecinos de una localidad que vive, sobre todo, de la agricultura. El terreno en cuestión era una finca de 527 hectáreas, la dehesa La Boyal, que a lo largo de los dos últimos siglos ha pasado de mano en mano, algunas veces con idas y vueltas, dependiendo de la situación política del momento. Este terreno pertenecía a La Almoraima, que en su momento fue el mayor latifundio de España con sus 16.000 hectáreas, gestionadas actualmente por el Icona.

Hace más de cien años los vecinos de Castellar comenzaron a pleitear con la casa ducal de los Medinaceli por este terreno. En 1933, durante la II República, el municipio recuperó la dehesa La Boyal, para júbilo de todos los vecinos. Todo parecía resuelto, el pueblo había ganado y la aristocracia, perdido.

Cuando ya las cosas iban por buen camino, volvieron a pintar bastos. Sólo siete años después, en 1940, recién instalada en el poder la dictadura del general Francisco Franco, llegó un jarro de agua fría: la dehesa La Boyal fue restituida al ducado de los Medinaceli.

El franquismo zanjó de raíz cualquier afán reivindicativo de los habitantes de Castellar, que vieron cómo en 1973 el empresario jerezano José María Ruiz Mateos adquiría lo que consideraban suyo. Rumasa compró La Almoraima, en la que se incluía la finca La Boyal, y prohibió la caza, lo que provocó malestar en la comarca. Es con la restauración de la democracia cuando Castellar de la Frontera empieza a exigir de nuevo sus derechos y cuando el entonces líder de la oposición interviene y despliega su saber como letrado.

El litigio judicial entre Rumasa y el municipio gaditano concluyó con un acuerdo auspiciado por González por el cual Castellar recuperaba la dehesa La Boyal y conseguía la donación de 30 hectáreas más de la finca Los Horgazales.

Casi dos décadas después de aquella mediación, González recibió ayer el reconocimiento de Castellar, en un acto al que acudieron su mujer, Carmen Romero, y el presidente de la Junta de Andalucía, Manuel Chaves. En el salón de actos del Ayuntamiento, González firmó en el libro de oro de la localidad y recibió el título de hijo adoptivo. Ya en el teatro del municipio, el ex presidente se dirigió a varios centenares de castellarenses. "De tener raíces en algún sitio, ya que soy andaluz, me gustaría que fuese en esta tierra", dijo González, quien añadió que "una decisión matrimonial" dictaminará si en el futuro se establece en esta localidad.

El ex presidente del Gobierno hizo alguna que otra confesión a los congregados. Distendido, Felipe González empezó a hablar del erotismo. "Existen tres clases de eróticas. La del dinero, que nunca la tuve; la del poder, que en alguna ocasión sí he podido tener y la otra...", afirmó González, que subrayó el cambio que España vivió durante sus 14 años de gobierno. Un cambio, dijo el ex presidente, "que pone en entredicho al rencor más estéril y la ceguera de muchos que se niegan a reconocerlo".

El homenaje a Felipe González ha estado rodeado en los últimos días de cierta polémica ya que en 1981 el gobierno municipal de entonces, dirigido por el socialista Antonio González Espinosa, le otorgó los mismos reconocimientos que los tributados ayer. Incluso le cedió el uso de una casa por un alquiler simbólico como pago de sus honorarios, una vivienda que González nunca ha utilizado. El actual alcalde, el también socialista Francisco Vaca, ha afirmado que la medalla de oro entregada ayer "es la que tiene valor moral para todos los ciudadanos y no la que entregó en su día" el anterior regidor a Felipe González cuando éste ya habitaba en La Moncloa.

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