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El gasto en altos cargos subió durante la legislatura un 22,6%, y en productividad general, un 47,31%

Luis R. Aizpeolea

El Gobierno ha incumplido sus pretensiones programáticas sobre el adelgazamiento de la Administración cuando se está al final de la legislatura. Lejos de ahorrar 79.000 millones de pesetas por la reducción de los altos cargos del Estado, como prometió en la oposición, el Ejecutivo ha presupuestado 1.843 millones más que cuando inició la legislatura. Asimismo, su pretendida restricción de la discrecionalidad en las retribuciones ha hecho agua. Los incentivos por productividad de los funcionarios, discrecionales por definición, han crecido en un 47,31% al final de la legislatura.

El Gobierno ha destinado 9.961 millones de pesetas a las retribuciones de altos cargos del Estado -nombrados por el Consejo de Ministros y la Judicatura- para el año 2000, último Presupuesto de la legislatura. Esta cifra supone un aumento acumulado del 22,6% sobre el primer Presupuesto del Gobierno del PP, en 1997, que ascendía a 8.118 millones de pesetas. El balance final de la legislatura arroja un aumento de 1.843 millones de pesetas (ver gráfico).Este aumento revela un rotundo incumplimiento de las promesas realizadas por el PP cuando estaba en la oposición sobre el ahorro en altos cargos. En junio de 1994, el PP propuso un proyecto de Ley de Gobierno y de la Administración del Estado que supondría un ahorro de 79.000 millones por la supresión de 5.000 altos cargos, si bien este término era una confusa mezcla entre altos cargos del Estado -nombrados por el Consejo de Ministros y la Judicatura- y altos directivos, procedentes de la carrera administrativa.

El ministro de Administraciones Públicas, Ángel Acebes, ha respondido en el Congreso a una pregunta del portavoz del PSOE en esta materia, José Luis Rodríguez Zapatero, que el aumento de las retribuciones en 1.843 millones de pesetas procede de los 554 millones con que se incrementaron las retribuciones de los magistrados del Tribunal Supremo, del presidente de la Audiencia Nacional, del presidente de la sala de esa audiencia y los 80 millones para el Consejo General del Poder Judicial.

Otros 435 millones de pesetas se destinarían a aumentar las retribuciones de los altos cargos de las Cortes Generales; otro crédito de 500 millones para las Cortes Generales y el resto corresponde a la revalorización anual de los sueldos que corresponde a los funcionarios.

En esta relación, Acebes explica el aumento de los 1.843 millones de la legislatura, pero evita referirse a la promesa electoral del PP de ahorrar 79.000 millones a costa de suprimir altos cargos y altos directivos de la Administración. Y es que los altos cargos se redujeron muy ligeramente y los altos directivos aumentaron espectacularmente: 1.490 desde que el PP llegó al Gobierno en 1996.

Al Gobierno se le plantea otro capítulo polémico con las dotaciones presupuestarias en productividad, un incentivo de uso discrecional que el Ejecutivo se había comprometido a restringir en su oferta electoral. El programa del PP planteaba: "Un sistema objetivo de retribuciones sin margen para la discrecionalidad y basado en un adecuado equilibrio entre haberes asignados al puesto desempeñado y los correspondientes al eslabón o nivel de la carrera administrativa. Se implantarán progresivamente sistemas de evaluación del desempeño". Con ello trataba de reformar la Ley de la Función Pública de 1984, del PSOE, que abrió la puerta a la discrecionalidad.

Más discrecionalidad

Lejos de acometerla, el Gobierno de José María Aznar ha profundizado en la discrecionalidad con el uso del incentivo de productividad. El Presupuesto del año 2000 destina 51.895 millones de pesetas en concepto de productividad para los funcionarios de la Administración. Dicha cifra supone un crecimiento del 47,31% sobre el Presupuesto inicial del Gobierno, el de 1997, que subía a 35.200 millones de pesetas (ver gráfico).

El reparto del plus de productividad entre los funcionarios es desigual, en función de cada categoría. Según información de la propia Administración, los niveles más altos -los 30- tuvieron una dotación media de productividad anual de 1.379.002 pesetas en 1998, el último Presupuesto liquidado. Los niveles 29 alcanzaron 1.377.055 de media. Los niveles 28 percibieron 982.471 pesetas. Los niveles 27 tuvieron una media de 863.789 (Ver gráfico).

Los niveles 26 experimentaron una bajada espectacular respecto a los niveles superiores: una productividad media de 531.048 pesetas. Los niveles 25: 307.576 de media anual; y los niveles 24 obtienen un promedio de 289.852 pesetas. En definitiva, los niveles 29 y 30 cuadruplican el importe cobrado en concepto de productividad por los niveles 24 y 25.

El portavoz del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, ha calificado estos aumentos desiguales de "parecidos a la política que ha empleado Telefónica, pero en pequeño". El secretario de Estado de Presupuestos, José Folgado, explicó hace un año que el aumento de la productividad en 1998 y 1999, superior al general de los funcionarios, se debía, sobre todo, a incentivos policiales.

En cuanto a los altos cargos del Estado -nombrados por el Consejo de Ministros- el reparto medio por productividad es: secretarios generales, 2,5 millones anuales; subsecretarios, 3 millones; y secretarios de Estado, 3,5 millones. Estos últimos obtuvieron esta retribución a cambio de renunciar a la que percibían, en muchos casos, por asistir a los consejos de administración de entes públicos.

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