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FÚTBOL Copa de la UEFA

El Deportivo juega con fuego

Los gallegos no salieron de su campo y se abocaron a una noche de sufrimiento

Xosé Hermida

Jugó con fuego el Deportivo y a punto estuvo de abrasarse. Los gallegos pretendieron solventar su visita a Atenas sin poner un pie en el campo del adversario. La propuesta funcionó más o menos decentemente durante 45 minutos, pero permitió que el Panathinaikos se fuese alzando poco a poco sobre sus propias carencias, hasta convertir la segunda parte en una pesadilla para los gallegos. El gol griego a falta de 20 minutos empujó al Deportivo contra la pared. Pero los gallegos volvieron a mostrar su infalibilidad ante el gol: Makaay confirmó que sabe resolver como nadie los contragolpes y marcó en el primer disparo a puerta del Deportivo. Era, ni más ni menos, que el minuto 89.

El conjunto de Irureta vivió sin excesivos agobios durante la primera parte, entre otras razones porque el Panathinaikos no nada en la abundancia futbolística, pero su actitud extraordinariamente cohibida le generó cierta sensación de inseguridad. Los griegos apenas crearon problemas de alguna consideración en tres o cuatro ocasiones. Y, sin embargo, sobre el partido gravitaba la sensación de que en una acción aislada, en cualquier barahúnda dentro del área, el Deportivo podría verse comprometido.

PANATHINAIKOS 1

DEPORTIVO 1ikos: Chalkias; Olivares (Asanovic, m. 56), Goumas, Henriksen, Fyssas; Basinas, Mykland, Pflipsen (Karagionis, m.24), Kola; Liberopoulos y Nasiopoulos (Sigurdsson, m. 46). Deportivo: Songo"o; Manuel Pablo, Donato, Naybet, Romero; Flavio Conceição (Jaime, m. 80), Mauro Silva; Víctor, Djalminha (Manel, m. 86), Fernando (Fran, m. 65); y Makaay. Goles: 1-0. M. 78. Asanovic, de penalti. 1-1. M. 89. Makaay recibe en la mitad del campo del Panathinaikos, arranca en velocidad, llega hasta el área, se deshace de dos defensas y marca de remate alto ante la salida del portero. Árbitro: Alain Sars, francés. Amonestó a Olivares, Flavio, Mauro Silva, Songo"o, Naybet y Manuel Pablo. Estadio Olímpico de Atenas. Unos 40.000 espectadores. El Deportivo se clasifica por el resultado global de 5-3.

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Y el Deportivo acabó pagando cara su rácana actitud. Tanto se desentendieron los gallegos del partido que el Panathinaikos alcanzó la convicción de que lograr dos goles no era tarea imposible. Los griegos crecieron notoriamente tras el descanso, y a ello contribuyeron los cambios en el equipo. Entraron el noruego Sigurdsson y el croata Asanovic, un jugador veterano e inconstante pero con clase. Junto a ellos se encendió la estrella de Liberopoulos, la gran promesa del fútbol griego, y entonces comenzaron los problemas para el Deportivo. En un cuarto de hora, el área de Songo"o se llenó de incendios, y en todos estuvo Sigurdsson como protagonista. Naybet salvó bajos los palos dos disparos del noruego, que más tarde no pudo rematar por dentro, con la puerta vacía, un buen centro de Liberopoulos.

El asunto se puso definitivamente feo cuando, a falta de 20 minutos, el Panathinaikos se encontró con un penalti a favor. No pareció que existiese la falta, pero cuando se juega con fuego uno siempre está expuesto a esa clase de contingencias. Asanovic marcó de un tiro por el centro y el Deportivo, completamente encerrado en su terreno, entró en la sala de suplicio. El Panathinaikos arruinó la salud cardiaca de A Coruña hasta el último minuto de partido cuando el estupendo Makaay convirtió en gol el primer tiro a puerta y el primer contragolpe de su equipo.

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Sobre la firma

Xosé Hermida
Es corresponsal parlamentario de EL PAÍS. Anteriormente ejerció como redactor jefe de España y delegado en Brasil y Galicia. Ha pasado también por las secciones de Deportes, Reportajes y El País Semanal. Sus primeros trabajos fueron en el diario El Correo Gallego y en la emisora Radio Galega.

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