Rita Russek dirige la versión española de la obra de Bergman "Escenas de un matrimonio"
Los actores José Luis Pellicena y Magüi Mira ensayan la pieza teatral del cineasta sueco
"No hay que hacer ninguna interpretación extraña, ni tampoco simple; hay cosas que tienen que quedar en la sombra; él tomó la decisión y punto". Rita Russek, actriz y directora, responde así cuando se le pregunta por qué el director teatral y cineasta sueco Ingmar Bergman sólo permite que se lleve a escena su único texto dramático, Escenas de un matrimonio, si está dirigido por ella. Magüi Mira y José Luis Pellicena estrenarán el próximo 19 de enero en el teatro Lope de Vega de Sevilla esta producción dirigida por Rita Russek, que estos días ha ensayado con ellos la obra.
La actriz y directora Rita Russek es prácticamente desconocida en España. Ligada al Teatro Nacional Bávaro, del que durante 15 años ha sido primera actriz, la actriz alemana no es conocida en nuestro país, ya que nunca se ha realizado un montaje de Escenas de un matrimonio, el único texto teatral (hay otros, pero están escondidos y no permite que se monten) del célebre director sueco Ingmar Bergman.Russek conoció a Bergman cuando éste salió de Suecia ante la política de impuestos de su país. Cuando Bergman vuelve definitivamente a su país, la relación profesional y amistosa con Russek continuó y el director la convierte en la Marianne de Escenas de un matrimonio y la dirige en otras obras, e incluso en alguna película. Desde entonces, le confía la dirección en exclusiva de la obra en su versión para dos personajes y para cualquier país e idioma del mundo.
Es su única obra y Bergman quiere que se ponga en pie tal y como él y Russek la concibieron, ya que el director de Fanny y Alexander siempre ha mantenido que en la puesta en escena está el trabajo de los dos. "No me siento amarrada ni atada, es fácil asumir esa responsabilidad; a fin de cuentas, no hago nada que vaya contra mí misma o contra mis propios sentimientos, el trabajo lo hizo Bergman y yo soy parte de ese trabajo, que desarrollé durante largo tiempo...; desde luego, el tener que ser yo quien lo dirija no lo vivo como una losa, este proyecto salió así, es también un trabajo mío y vivo esto como una dulce imposición", dice Russek.
La directora añade que se limita a tener en cuenta la personalidad de los actores que van a protagonizar el texto, en este caso, Magüi Mira y José Luis Pellicena, y traslada la dirección que ya ha montado en países como Japón, Israel, Dinamarca, Rumania, y ciudades como París, Londres o Buenos Aires. "En el espectáculo que se va a ver en España todo es Bergman, no habrá nada en donde no esté él, aunque ello no signifique que soy una porteadora", dice la directora, quien piensa que no conlleva ningún problema que se haga en países diferentes, "no hay nada que aportar distinto en Tokio que aquí; lo que sí influye es el carácter de los actores, ya que cada actor reacciona de manera distinta ante el personaje, le impregna de su idiosincrasia y el trabajo cambia tan sólo en función de ellos, pero, por lo demás, todo es igual, incluso es divertido comprobar que las risas se producen en los mismos sitios".
"Los problemas", añade, "de las parejas son iguales para los que están encima del escenario y para los espectadores también, y lo que se debe reconocer es que allí hay un hombre y una mujer". Para ella, el pulso y la esencia de la función están en el deseo de contacto, en el deseo de la pareja en encontrarse a sí mismos.
"Es un viaje conjunto para llegar a uno mismo, es un proceso para intentar vivir sin máscaras, ya que tratan de ser libres fuera de los lazos que les ahogan para poder volver a unirse", dice de los personajes de la función, una pareja normal de final de siglo, de la que aclara: "No es una obra sobre el matrimonio, sino sobre la relación entre dos personas".
Rita Russek nunca ha tenido contactos profesionales con España: "Éste es mi primer contacto, antes me fascinó el paisaje, la calle, algo obvio teniendo en cuenta que vengo congelada de allá arriba".
Sin erotismo
La actriz, que piensa que el teatro de este final de milenio transmite el aspecto tenso y forzado que se vive en la sociedad actual, dice: "Perdemos el erotismo en el teatro, en el mejor sentido de la palabra; perdemos el humor, la ironía incluso sobre nuestra propia profesión; todo es serio y severo y da la sensación de que estamos echando al público del teatro". Cuando se le pregunta sobre Bergman, cuenta el que considera es el chiste preferido del director: "Dos hombres mayores están sentados en un banco y uno le dice al otro: "¿Todavía persigues a las mujeres?", y le contesta: "Sí, pero me olvidé por qué". La filosofía existencialista de este chiste es algo profundamente sueco.... Es curioso que los españoles piensan que Bergman y el humor no están unidos; nada más lejos de la realidad".
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