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Un bosque desconocido

Alejado de las grandes infraestructuras que atraviesan en todas direcciones el País Vasco, y respetado por esas casualidades en las que confluyen la propia naturaleza y la voluntad humana, el gran marojal de Izki ha atravesado los siglos casi intacto dando sombra al río del mismo nombre y sus pequeños afluentes. Esta joya de la comarca de la Montaña alavesa, al sureste de este territorio, es el centro de lo que desde el 31 de marzo de 1998 es el parque natural de Izki, primera intervención en un espacio privilegiado del País Vasco, que los conversacionistas confían , no sin cierto recelo en que sea positiva.La mejor manera de acceder a este último parque natural alavés que se viene a sumar a los de Valderejo, Gorbea y Urkiola (estos dos últimos compartidos con Vizcaya) es por la carretera que une Corres con San Román de Campezo. Lo que antes era una pista difícilmente practicable se ha asfaltado haciendo que esos ocho kilómetros se conviertan en uno de los recorridos más bellos de Álava, sobre todo si se hace en sentido norte-sur, el que resulta más fácil si se llega desde Vitoria.

Aunque la declaración de parque natural ha supuesto una decidida promoción de esta inmensa cubeta surcada por dos o tres arroyos, los montes de Izki ya eran parcialmente conocidos por los aficionados a la montaña y el senderismo. Es verdad que no existe aún una red de itinerarios balizada sobre el terreno, pero ahí está el sendero histórico GR-1 que en su trayecto por Álava comunica Santa Cruz de Campezo con Bóveda, por lo que atraviesa el parque a su paso por Bujanda. Es decir, que no es tan extremo el anonimato en el que se dice a veces que ha vivido Izki, también conocido como Izkiz por muchos alaveses.

La razón de esta doble denominación procede de un error en un mapa, según señala y justifica Mikel de Francisco Pastor, autor del proyecto de Parque Natural de Izki: "Izkiz ha sido un nombre que se ha impuesto durante la segunda mitad de este siglo, parece ser que desde que se incluyó desafortunadamente en un mapa. No obstante, en los pueblos de la zona se conserva el nombre de Izki y Pascual Madoz, autor de una cuidada enciclopedia a mediados del siglo pasado, recoge la denominación "Izqui". Además, la z final se reserva para los lugares de habitación (Marquinez, Apellaniz), lo que confirmaría la ausencia de este sufijo en un bosque".

La declaración de parque natural, publicada en el Boletín Oficial del País Vasco el 4 de mayo de 1998, prodiga los elogios: "Destaca la presencia, casi continua, de uno de los bosques de marojo más extensos del mundo". Este marojo que ha dado fama a Izki es un tipo de roble, también conocido como rebollo que se asienta sobre los terrenos arenosos que conforman la cuenca del río Izki.

Pero hay otros atractivos en este espacio privilegiado que se ha mantenido casi intacto no sólo por su alejamiento de las grandes vías de comunicación, sino también por estar fuera de las grandes cadenas montañosas que atraviesan el País Vasco de este a oeste. Por ejemplo, la ascensión a la cumbre del Kapildui (1.180 metros), en el límite norte del parque, otorga unas amplísimas vistas del territorio alavés. También se puede subir a otras cimas como San Cristóbal, San Justo, Soila, La Muela que, aunque de menor altitud, unen a las bellas panorámicas la visión de escarpados roquedos, rapaces o bosques de hayas. Y de espectacular belleza son los barrancos del arroyo del Molino, en Arlucea, y de Corres.

Este último pueblo, el único que se encuentra dentro de las 9.143,2 hectáreas del parque, es una pequeña villa de estrechas calles, aspecto de fortaleza y aire enigmático originados por sus antiguos pasadizos y los restos de su viejo castillo.

Y no hay que olvidar la presencia de otras especies de árboles, además del marojo presentes en Izki: robles, hayas, encinas, tejos, quejigas que comparten espacio con algunas turberas, manantiales de aguas carbonatadas y tremendos roquedales. En todos estos hábitats se pueden encontrar especies animales como el buitre leonado, el águila real, el alimoche, o el halcón peregrino. También se puede rastrear la presencia del pico mediano, pequeño pajarillo que tiene en Izki su población más importante de las conocidas en la Península. Junto a estas aves comparten espacio algunas especies características de aguas limpias como el desmán del Pirineo (un pequeño roedor), el visón europeo o la nutria. Y ya en el interior de los bosques, jabalíes, corzos o gatos monteses.

Datos prácticos

Cómo llegar: El parque natural de Izki está en plena comarca de la Montaña alavesa. La principal vía de acceso al interior del parque natural es a través de la carretera que discurre entre las poblaciones de Corres y San Román de Campezo. Para llegar a la primera localidad hay que tomar la carretera A-132 que sale de Vitoria en dirección a Estella. A mitad de camino, en Maestu surge la desviación que lleva hasta Corres.Alojamiento: La Montaña alavesa se va dotando poco a poco de infraestructuras turísticas. Hay tres alojamientos de turismo rural en la zona. En Orbiso, Casa Mariví (tel. 945 415030) y en Urturi, Casa Marixa (945 378119) y Aitonaren Etxea (945 378148). Ya en Santa Cruz de Campezo se puede acudir a El Casino (945 405420) y en Virgala Mayor, a la pensión Virgala (945 410153).

Comer: En Santa Cruz de Campezo, la localidad más grande la zona, se puede comer en El Casino, ya citado. En Urturi, población conocida por su campo de golf, destacan los restaurantes Garimotxea (945 378121) y Rincón de Urturi (945 378177). En Maestu se encuentra el restaurante Felisa (945 410003). Y en Bernedo, el Candi (945 378039) y el bar Arrieta (945 378005) que también ofrece comidas.

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