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EL 'CASO BANESTO'

Conde dice que no recusó a ningún juez porque confía en el tribunal

El juicio oral del caso Banesto quedó ayer prácticamente visto para sentencia dos años y un día después de haber dado comienzo, el 1 de diciembre de 1997. Hoy tendrá lugar una sesión final pero sólo por el hecho de que uno de los once acusados, Eugenio Martínez Jiménez, no pudo estar presente y lo hará hoy. El ex banquero alabó la conducta del tribunal y señaló que había decidido no recusar a ninguno de sus miembros.

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El ex banquero se hace eco de que la sentencia es política

Ayer, tras los informes de los letrados de AGF-Unión y el Fénix, y las sociedades a las que se exigen responsabilidades civiles subsidiarias, el tribunal ofreció a cada uno de los acusados la palabra.Conde se puso de pie y aclaró que dispondría, en efecto, de la última palabra aún cuando su letrado, Juan Sánchez-Calero, le había aconsejado callar. Alabó la conducta del tribunal a lo largo de los dos años de juicio y señaló que había decidido no recusar a ninguno de sus miembros.

Uno de ellos, el presidente, Siro García, presidió el tribunal que condenó en marzo de 1997 a Conde por el caso Argentia Trust. Pero el ex banquero no le citó. Conde señaló que el magistrado ponente en este caso, el de Banesto, sin nombrarle, había formado parte de la sala de la Audiencia que dictó en abril de 1997 un auto que fijó una elevada fianza para su libertad provisional por riesgo de fuga. Se refería a José Antonio Choclán. Conde dijo que se le había dado la oportunidad de demostrar que no huiría, como quedaba acreditado.

El ex banquero dijo que haría todos los esfuerzos para probar que no se había quedado con los 600 millones de pesetas del caso Argentia Trust y que ya había explicado que, en la operación de 300 millones del caso Banesto, esa cantidad fue a parar al CDS a cambio de presuntos servicios prestados en 1989 por el ex presidente Adolfo Suárez. Dijo que estaba dispuesto a asumir la responsabilidad si dicha operación era considerada delito. Varias veces señaló que, sin la intervención de Banesto, el juicio oral nunca se hubiese celebrado y que, si no llega a ser porque se le ha querido juzgar a él, los otros compañeros de banquillo no habrían sido acusados. Se refirió a la querella presentada contra él en 1994 y recordó las reacciones de los políticos y los partidos, para deducir que el caso Banesto era un juicio político. Conde pidió una sentencia justa y rápida.

Arturo Romaní le siguió con una referencia a su propia biografía como abogado de Estado y como hombre que había estudiado y trabajado hasta entrar en Banesto. Juan Belloso intentó precisar aspectos de la defensa, pero el tribunal le aclaró que no se trataba de completar el informe de su letrado.

Hoy, los acusados concurrirán a la última sesión, en la que Eugenio Martínez Jiménez tendrá la posibilidad de hablar.

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